13 de MAYO
VIRGEN DE FÁTIMA
Reflexión de Fray Federico Allara O.F.M
El
amor no guarda nada para sí; quien ama no guarda su vida, es toda
ella para la persona amada.
Así
es Jesús,
todo Amor divino, expresión de Vida y de Presencia trinitaria, UNO con el Padre y con el Espíritu, que procede
de su Amor eterno; no se guardó nada de Sí mismo.
De
Él no podemos decir que nos dio de lo que tenía, porque “no tenía
donde reclinar la cabeza”; toda
su Vida fue darse a Sí mismo; es
signo del Amor, que es dar la vida, dar
lo que uno es.
En
la Cruz,
desposeído hasta de la túnica, le
quedaba lo más amado de su vida, su Madre, y nos la dio para que nunca nos
sintamos desamparados.
Es
suficiente la Misericordia de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo,
pero no olvidemos que, si por Gracia lo conocemos y lo creemos es porque Dios ha hecho historia con nosotros.
No
aceptar conocer su Historia es poner niebla y hasta noche a nuestra fe.
No
sigamos como los hijos de su Pueblo que,
aferrados a la fe, que conocieron por las obras de Dios, no creyeron necesario aceptar las
obras de Jesús.
Sin
Jesús, Dios y Hombre verdadero, nuestra fe:
·
Desdice
el Amor de Dios Uno y Trino.
·
Desdice
que Dios en Cristo haya entregado su Vida por toda la Humanidad,
·
Desdice
su Memorial,
que
nos mandó celebrar, hasta que vuelva, como testigos de su Vida.
·
Desdice
a María como Madre, consuelo de los vivientes y refugio de esperanza.
Que
María,
amada y conocida desde tantas advocaciones y devociones, hoy, celebrada como Nuestra Señora de Fátima, nos lleve de la mano a
Jesús.
¿Quién
no honra y venera a su madre viva, o más cuando no se tiene?
Gracias Padre por haber dado a tu Hijo
a María como verdadera Madre, para que nosotros pidiéramos ver y tocar la Humanidad de Cristo, ayer
físicamente y hoy sacramentado.
Desde
la fe sentimos el cuidado y la protección de la mano de María; desde su corazón, que guardaba lo que
no entendía de momento para amarlo, meditarlo y ofrecerlo, así entiende nuestra vida, intercediendo como Madre para que, siempre sea
la Luz del Espíritu la que nos conforme en la verdadera fe.
Sintamos
que nuestra otra mano la lleva José porque, quien fue capaz de creer en Dios,
aceptar la vocación de esposo de María y hacer de padre de Jesús en el
tiempo, no deja a su esposa nunca,
ni María a José, acompañándonos ambos en nuestra vida de peregrinos hacia el
cielo prometido.
“Venid y vamos todos con flores a María…”
Federico Allara
HIMNO A NUESTRA SEÑORA
VIRGEN DE FÁTIMA
1 comentario:
De qué tenim por?
De qué desconfiem?
O és que no tenim cor?
A Jesús per Maria
A María pet Jesus!!!!
Pietat oh Dŕu vis que sou bo....
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