martes, 13 de mayo de 2025

“COMO EL PADRE ME HA AMADO…”

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar)

Hechos 1, 15-17.20-26

Juan 15, 9-17

Yo os amo como el Padre me ama a mí; permaneced, pues, en el amor que os tengo. 10 Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
11 “Os hablo así para que os alegréis conmigo y vuestra alegría sea completa. 12 Mi mandamiento es este: Que os améis unos a otros como yo os he amado. 13 No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. 15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. 16 Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre. 17 Esto es, pues, lo que os mando: Que os améis unos a otros.

DÍA 14 MAYO  CICLO -C

Dios nos ha creado con nombre propio; la singularidad es un regado divino. Ante la sociedad valen los números y muy poco los nombres y las personas.

Estamos llamados a vivir de esta singularidad, que se realiza conociendo a quien nos la ha dado o, lo que hemos optado para ser quienes somos.

No es exclusividad de ser creyentes; nadie es lo que ha deseado ser si no se configura con lo que ha optado.

También Jesús fue un Hombre singular, que pudo hablar desde quien era por vivir configurado con el Padre, es decir, siendo consecuente a la unidad con que era y es con el Padre. “Digo lo que he aprendido del Padre”.

Lo esencial de esto es que, la singularidad no se manifiesta desde el individualismo, sino reconociendo que, lo que se es individualmente es el fruto de obedecer a lo que libremente se opta por ser quienes somos.

El error de creernos religiosos y con fe puede estar en no aceptar que, es precisamente, desde la fe, desde donde nadie podemos “ser creyente” como debemos si no vivimos a Dios; la fe no es diferente a lo que requiere cualquier profesión o trabajo. Nadie es médico, mecánico, payés si no ha asimilado lo necesario para su profesión, y más hoy con tanta especialidad.

¿Qué razón de ser tiene “vivir la fe” si no tenemos la medida de conocimiento subjetivo-objetivo de Dios?

¿Cómo puede realizarse la comunidad y la unidad, que Dios nos exige, desde la individualidad y singularidad creyente?

“Como el Padre me ha amado, 

así os he amado Yo”

Todos vivimos la experiencia de lo difícil que es amar y sentirnos amados, porque lo más fácil y habitual es el subjetivismo amoroso.

El amor, que no se traduce desde una medida de madurez humana, muy fácilmente es un sutil egoísmo o utilitarismo sin futuro.

Ser creyente y desear amar como Cristo nos ha amado exige conocer a Cristo y aceptar el modo con que Dios nos ama en el Hijo.

Dos cosas importantes y necesarias para poder entender lo que significa:

“Permaneced en mi amor”

·       Una iglesia dividida, parroquias que no conocen qué es vivir en comunidad, que no es uniformismo, pero sí objetividad en el testimonio creíble de lo que decimos cuando nos pronunciamos como seres creyentes, nos revela un individualismo conformado a una práctica conveniente; muy lejos de caminar hacia una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre.

Según palabras del Papa, habiendo elegido llamarse León, dice  que en tiempos de León XIII el mundo sufría un cambio radical, así también hoy lo vivimos en muchos aspectos que crean una inseguridad social ante la cual es necesario saber bien qué nos ayuda a ser y lo que nos ayuda a creer.

“Nadie tiene amor más grande

 que el que da la vida por sus amigos”

·       La verdad de amar es dar de lo que se es y, llegar a ser” implica actitudes, valores, sentimientos, emociones para que sea verdad la vida y el amor; nunca es para amarse, sino para amar y discernir la verdad de ser amado.

Federico  Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Matías, apóstol



YO QUIERO AMAR




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