NO TODO ES VERDAD EN AMOR
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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2 Corintios 4, 7-15 |
Mateo 5,27-32
27 “Habéis oído que antes se dijo: ‘No cometas adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira con codicia a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 “Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácalo y échalo lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtala y échala lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 31 “También se dijo: ‘Cualquiera que se separe de su esposa deberá darle un certificado de separación. 32 Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su esposa, a no ser en caso de inmoralidad sexual, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada también comete adulterio" |
DÍA 13 JUNIO CICLO -C
No
todo es verdad en nombre del amor cuando el amor no es verdad y,
cuando lo es, el respeto a la dignidad
del prójimo es anterior a cualquier justificación apoyada en el mismo amor.
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Primero
es el prójimo,
que debe ser amado en verdad, antes que
justificar en el amor cualquier palabra o acción, aun dentro de una libre opción de compromiso.
Ni
un sacramento es primero que la verdad de la dignidad que exige el amor al
prójimo.
Un sacramento no justifica derechos cuando hay desamor.
Lo
que Jesús indica en el texto no es una represión ni un
regreso a la Ley que Él vino a superar con amor, sino una liberación del contexto social y
religioso en el que se movía la
mujer y, sobre todo, un mandato
de exigencia en favor de su dignidad, totalmente indefensa en aquel
tiempo.
La mujer,
también hoy, es tratada injustamente, y disminuida en derechos y libertades;
es manipulada por el hombre, aun en sociedades actualizadas en progreso.
“Yo os digo: el que mira a una mujer deseándola,
ya ha cometido adulterio”
Esta frase es para nosotros, los hombres, que
nos creemos libres y dueños de todo; y una defensa de la mujer
decente, que tiene derecho a estar en el mundo sin ser
deseada y respetada por quien no debe.
“El que repudie a su mujer,
que le dé acta de repudio”.
Pero Yo os digo que si uno repudia a su mujer
la induce a cometer adulterio”
Sigue el texto defendiendo a la mujer y restando derechos, que no los tenía
el marido ni apoyándose en la Ley de Moisés, sino manipulándola a su favor
-
Si la
mujer, en aquel contexto social en que, sólo casándose estaba guardada, pero sometida a la esclavitud
del marido, si éste, por cualquier causa la repudiaba, quedaba a
merced de la Ley que le impedía casarse otra vez; por esto dijo Jesús que la
inducía al adulterio, para luego, apoyados en la misma Ley, apedrear a las
adúlteras y no al hombre que la sometía al adulterio.
Tenemos una página del Evangelio en que Jesús defiende a la mujer, sin
justificar el mal, frente a los hombres que la acusaban.
Jesús lo mide todo según el Amor; pero no cualquier amor, sino el que nos ha enseñado con su Vida. “Amaos como
Yo os he amado”
Interpretemos el resto del texto desde lo que para un creyente es la salvación eterna que, como dije ayer, dista
mucho de la inmortalidad.
La vida no la hemos de medir desde el tiempo
que va entre vivir y morir, suficiente para
saber de nuestra pobreza humana como para despreciar toda vanidad y orgullo,
sino desde lo que llega después de la muerte.
Desde el principio Dios creo la unidad
entre la mujer y el hombre, y la igualdad de derechos y responsabilidades. (Gn
2,23a).
No usemos la palabra amor para
justificar ni la ley para esclavizar.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Antonio de Padua,
sacerdote franciscano
y doctor de la Iglesia
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