“MARÍA, AHÍ TIENES A TU HIJO”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar)
Hechos 1,12-14 |
Juan 19, 25-34
DÍA 9 JUNIO CICLO -C
Ayer terminamos el tiempo de Pascua, y el primer día, siguiendo el Tiempo ordinario, la Iglesia nos invita a celebrar a María, como Madre de la Iglesia.
Dios
Padre ha demostrado su Amor enviándonos a su Hijo unigénito,
para que naciera como hombre verdadero
del seno de María.
Ella
es verdadera Madre de Dios, porque el Espíritu Santo, que celebramos ayer en la Fiesta de Pentecostés,
la cubrió con su sombra, dejando al
Hijo de Dios en su seno, para que naciera Jesús, Dios y Hombre verdadero.
De
este modo,
por el Espíritu Santo que se nos ha dado, nosotros
hemos conocido al Hijo en la Humanidad
de Jesús de Nazaret, y por Él y por el Espíritu le podemos llamar al Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob, “Abba”, Padre,
y le podemos rezar como Padre nuestro, sintiéndonos hermanados
por ser, todos, hijos del mismo Dios Padre.
· María es hija de Dios,
como nosotros; porque
igual que su hijo, el Hijo
de Dios, que nació y fue
miembro del Pueblo elegido, también Ella
lo fue, y llegó a ser, como
nosotros, miembro predilecto de la
Iglesia, el Cuerpo de bautizados en
Cristo resucitado.
· Ella es hija de su Hijo por
haber sido creada por la Palabra, como nosotros.
“Mujer, ahí tienes a tu
hijo”
· En la Encarnación María recibió al Hijo, que nació sin pecado como Hombre
verdadero desde su carne inmaculada, por los méritos anticipados de la
Redención, pero el Hijo asumió en la Encarnación la Naturaleza humana
pecadora y, nos reconcilió con el Padre, con su Vida, Pasión y Muerte.
Desde la Encarnación María es Madre nuestra siendo
pecadores, “pecador me concibió mí madre”, aunque hayan sido santas
nuestras madres.
La donación que Jesús nos hace desde la Cruz
es revelación de que María, sin
pecado concebida, es esencialmente única: “Todas las generaciones te llamarán bienaventurada”, y es nuestra hermana, aunque redimida
y llena de Gracia con anterioridad a nosotros.
Es miembro de la Iglesia; lo es como tipo y figura de la misma.
· En Ella vemos la trascendencia de la Vida,
Muerte y Resurrección de Jesús en toda la Creación y en toda la Humanidad.
· En Ella vemos la realidad del destino de la
Iglesia, y de todos los redimidos por Cristo,
como imagen de la Nueva Jerusalén.
“Ahí tienes a tu Madre”
Cristo es el único Redentor, pero Dios ha querido que una criatura
como nosotros fuera la Madre del Hijo encarnado, y por ser las tres
Personas divinas de igual Naturaleza, ser Madre de Dios.
Así María es nuestra Madre, como miembros de la Iglesia, como
lo es, por el Cristo Redentor, Madre
de la Humanidad y, como Madre es transparencia del Amor divino.
¡Al pie de nuestra cruz está nuestra Madre!
¡Recibamos a María como algo propio, como
Juan la acogió!
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
(Clic en el nombre)
A TANTO AMOR
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