“EL PAN QUE YO DARÉ ES MI CARNE”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar)
Hechos 8, 26-40
Juan 6,44-51
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DÍA 8 MAYO CICLO -C
A
quien tenemos que escuchar es a Jesús; pero escucharle significa tener fe o acercarnos a Él
desde la hipótesis de lo que nos exige la fe.
A
Jesús no le aceptaron los sabios y entendidos; pensaban
que contradecía la Ley y el Templo, según su fe en el Dios único en su Ser; cualquiera de nosotros que pretendamos entender
su vida sólo razonando, su modo de decir y actuar, tampoco lo podremos entender.
No
pensemos que entendemos y conocemos a un ser humano si no aceptamos su
vida desde la integridad con la que nos la ha revelado en verdad.
“Nadie puede venir a mi
si no lo atrae el Padre que me ha enviado”
· Aceptar a Jesús solo como hombre es
quedar en la noche de la realidad de su vida y de la nuestra;
pues sería negarnos a aceptarle como enviado.
Todos,
en cierta manera, somos enviados
desde nuestra procedencia; pero Jesús
añade haber sido enviado por el
Padre.
Si
en esto tropezó la fe de los sabios, podemos decir que, es el eslabón que permite acercarnos a la luz de su vida, o
la piedra de tope, que impide que se llegue al conocimiento humano de
Jesús, precisamente hecho Hombre para que, todo ser humano que busque la Verdad lo pueda ver y tocar
como Dios.
“Todo el que escucha al Padre
y aprende, viene a Mí”
Como dije ayer, no es sólo pensar y creer en
la Eucaristía, con toda la trascendencia que tiene para la fe católica, sino
que toda la Vida de Jesús fue pan
troceado como alimento para hambrientos de pan y de verdad, para
sedientos desde su soledad, para pobres de cualquier condición, para pecadores
amenazados por la Ley y para los que reconocen su culpa, siendo el médico que, con su amor y perdón, crea
seres nuevos llenos de paz.
“Os lo aseguro: el que cree en mi tiene
la vida eterna. Yo soy el Pan de vida”
Nos lo dice Jesús. Frase sólo para ser interpretada desde la fe, no para que se enrede
la razón en discursos equivocados.
·
¿Para qué envió el Padre a su Hijo al mundo?
Lo envió cómo expresión de amor al enemigo, porque el mundo lo es; añadimos que, el Pensamiento del Padre es de Amor, de eterna Misericordia, hacia toda la
Humanidad.
El Padre le dio a Jesús toda la Humanidad, y Él,
con su Vida, Muerte y Resurrección, ha
devuelto al Padre toda la Humanidad reconciliada.
“El Pan que yo daré es mi carne
para la vida del mundo”
La Iglesia es su Cuerpo místico; es enviada
en su Nombre.
“Al que venga a Mí no lo
echaré afuera”
La puerta es estrecha; el único acceso al Padre es Jesús; la puerta de Jesús está abierta de par en par para que, todo ser
humano, de cualquier condición, raza, cultura y religión, y desde
cualquiera que sea la negación, pueda
libremente acceder a su Vida de pan troceado como medio para conocer, entender y creer en la
Mesa de la Eucaristía; porque la voluntad del Padre es: “Que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna”
De las manos del Padre, pasamos al Corazón de
Cristo.
De cada uno depende entrar por las cuevas abiertas, del Cuerpo de
Cristo, para conocer hasta dónde llega
su Camino.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
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