martes, 22 de abril de 2025

VOSOTROS SOIS TESTIGOS DE ESTO

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar)

Hechos 3,11-28

Lucas 24,35-48

35 Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan.
Jesús se aparece a los discípulos
(Mt 28.16-20; Mc 16.14-18; Jn 20.19-23)
36 Todavía estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo:
–Paz a vosotros.
37 Ellos, sobresaltados y muy asustados, pensaron que estaban viendo un espíritu. 38 Pero Jesús les dijo:
–¿Por qué estáis tan asustados y por qué tenéis esas dudas en vuestro corazón? 39 Ved mis manos y mis pies: ¡soy yo mismo! Tocadme y mirad: un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40 Al decirles esto, les mostró las manos y los pies. 41 Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
–¿Tenéis aquí algo de comer?
42 Le dieron un trozo de pescado asado, 43 y él lo tomó y lo comió en su presencia. 44 Luego les dijo:
–A esto me refería cuando, estando aún con vosotros, os anuncié que todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos, tenía que cumplirse.
45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, 46 y les dijo:
–Está escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; 47 y que en su nombre, y comenzando desde Jerusalén, hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas.

24 ABRIL CICLO  C

Creo que nos equivocamos cuando nos autoafirmamos en ser los protagonistas de discernir sobre Dios. ¿Acaso somos primero que Él?

·       Agradezcamos a la Ciencia nuestro progreso; pero no es ni será ella la que da la respuesta al interrogante de la vida, del sufrimiento y de la muerte.

·       Agradezcamos sentirnos religiosos y devotos, y hasta sinceros de vernos buenos y serviciales con el prójimo; pero tampoco esto resuelve eficazmente el interrogante de esta vida bondadosa, ni el porqué de amar, y el de sufrir y el de la muerte.

·       Agradezcamos de tener una lógica de pensamiento audaz; pero la razón no encuentra el verdadero sentido de la vida y de la muerte, y menos del sufrimiento; y navega en busca de senderos que pretenden eludir con razonamientos, precisamente, el sufrimiento y el cauce de tener que morir.

Seamos capaces de escuchar con mente y corazón el Hecho de Jesús de Nazaret. No nos conformemos con leer comentarios, como quien lee las noticias del día en los medios de comunicación, cerrando el periódico, quedándonos con las noticias, esperando las de mañana.

Meditemos cómo fue de difícil para los mismos discípulos creer en Jesús, por no conocer ni escuchar debidamente lo predicho sobre la verdad de su Vida; o peor, interpretarlo a su manera -como hizo y hace el Pueblo elegido, hasta condenar a Dios, en su Nombre-.

Nosotros, autoafirmándonos jueces de la Vida de Jesús, entramos en una contradicción, como la de su Pueblo, bien quedándonos con nuestra manera de creer en Dios, o negando su verdad sin conocerla.

“¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón? 

Mirad mis manos y mis pies: 

soy Yo en Persona. Palpadme y daos cuesta 

que un espíritu no tiene carne y 

huesos como veis que Yo tengo.”

Dicho esto, les mostró las manos y los pies

y comió ante ellos”

·       Quien vive la experiencia de Cristo resucitado halla la respuesta a lo expuesto al inicio, como la encontraron todos sus discípulos, convencidos como estaban del fracaso de Jesús y de sus vidas, hasta verlo resucitado.

La experiencia de comprobar al Crucificado Resucitado diluyó todos sus temores y sus dudas, pasando a ser alegres comunicadores de la Verdad que habían experimentado con ojos y manos.

No vivamos los creyentes con la satisfacción de serlo, porque la fe no se posee. Nadie es dueño de poder creer en Dios.

Detengámonos a contemplar a estos pobres discípulos, mujeres y hombres llamados a ser testigos de la obra de Dios en Cristo Jesús.

Ante nuestro mundo, que tanto nos quejamos de ser cómo es, cuando somos nosotros quienes lo hacemos real, que resuenen en el espíritu de todo creyente las palabras de Jesús; no pensemos que son solo para algunos.

“Vosotros sois testigos de esto”

Federico Allara


SANTORAL DEL DÍA

ss. María de Cleofas y Salomé, 

discípulas del Señor´


YO SOY EL PAN DE VIDA




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