martes, 22 de abril de 2025

CAMINANDO HACIA EMAÚS

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar)

Hechos 3, 1-10

Lucas 24,13-35

En el camino de Emaús
(Mc 16.12-13)
13 Dos de los discípulos se dirigían aquel mismo día a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar a su lado. 16 Pero, aunque le veían, algo les impedía reconocerle. 17 Jesús les preguntó:
–¿De qué venís hablando por el camino?
Se detuvieron tristes, 18 y uno de ellos llamado Cleofás contestó:
–Seguramente tú eres el único que, habiendo estado en Jerusalén, no sabe lo que allí ha sucedido estos días.
19 Les preguntó:
–¿Qué ha sucedido?
Le dijeron:
–Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y palabras delante de Dios y de todo el pueblo. 20 Los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. 21 Nosotros teníamos la esperanza de que él fuese el libertador de la nación de Israel, pero ya han pasado tres días desde entonces. 22 Sin embargo, algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro 23 y no encontraron el cuerpo; y volvieron a casa contando que unos ángeles se les habían aparecido y les habían dicho que Jesús está vivo. 24 Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.
25 Jesús les dijo entonces:
–¡Qué faltos de comprensión sois y cuánto os cuesta creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
27 Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
28 Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como si fuera a seguir adelante; 29 pero ellos le obligaron a quedarse, diciendo:
–Quédate con nosotros, porque ya es tarde y se está haciendo de noche.
Entró, pues, Jesús, y se quedó con ellos. 30 Cuando estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. 31 En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. 32 Se dijeron el uno al otro:
–¿No es cierto que el corazón nos ardía en el pecho mientras nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?
33 Sin esperar a más, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos. 34 Estos les dijeron:
–Verdaderamente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
35 Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan.

23 ABRIL CICLO  -C

Todos los cristianos conocemos el relato de los dos discípulos camino de su Pueblo, Emaús; de ellos sabemos que, uno se llamaba Cleofás.

Esta vez planteo en mí y en ti las cuestiones que veo en estos discípulos.

Ø ¿Hacia dónde va mi vida?

Los discípulos de Emaús sabían adónde iban. Regresaban a su casa después de una gran experiencia que, en aquel momento, había quedado en nada.

Ø Podemos saber hacia dónde vamos. ¿Nos detenemos a pensar, qué grandes experiencias hemos tenido y que hemos hecho de ellas?

Nadie puede decir que su vida carece de experiencias, y algunas grandes.

Ø Es bueno pensar: ¿cuáles y por qué nos han dejado satisfechos y cuáles con tristeza, con nostalgia y tal vez con culpa?

Ø ¿De cuáles hemos pecado de inadvertencia o de no haber visto su trascendencia en nuestra vida?

Si alguien puede decir que, no ha tenido ninguna experiencia de Dios

·       Porque nadie le ha hablado de Él objetivamente y con claridad, o

·       Porque la vida le ha llevado a no tener oportunidad de saber de Él,

Digno es de ser escuchado, comprendido y amado.

Considero que, una de las prioridades de la vida es tener la posibilidad de “conocer la Verdad de Dios”.

ü Gracias a Dios he tenido muchas oportunidades para saber de Dios; puedo decir que desde mi infancia puedo recordar sus pasos por mi vida, de lo cual me siento responsable y también culpable ante Él porque, la más mínima experiencia de su Amor imprime una exigencia de correspondencia, que no siempre llega a su medida.

ü Tú, ¿has tenido mínimas experiencias de Dios o alguna grande?

Siempre aconsejo a no quedarse con la experiencia de la realidad de los testigos o mediadores, porque nunca somos perfectos, sino a querer y saber mirar cómo y de qué manera Dios ha escrito o escribe su paso por tu vida rectamente con líneas torcidas.

ü ¿Qué puedes responder a Dios, digo a Dios, de su paso por tu vida?

“¡Qué necios y torpes sois para creer 

lo que anunciaron los profetas!

¿No era necesario que el Mesías 

padeciera esto y entrara en su gloria?”

Dios puede caminar a nuestro lado de muchas maneras, mientras nosotros discutimos de Él y de las cosas del mundo pudiendo ser confundido y no percibido o reconocido.

Dios sabe cómo hablar a nuestro corazón y sé que, habrá momentos en que en todos se produzca la experiencia de los discípulos de Emaús:

“No ardía nuestro corazón 

mientras nos hablaba por el camino”

Lo reconocieron desde la invitación a “entrar en “su casa” y, sentado en su mesa, “al partir el pan”.

Levantándose se volvieron a Jerusalén.

ü ¿A dónde hemos de regresar nosotros? 

 Federico  Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Jorge, mártir


PEREGRINO




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