“MUJER, ¿POR QUÉ LLORAS?”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar)
Juan 20,11-18
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DÍA 22 ABRIL CICLO -C
A
cuántas personas, si nos detenemos a contemplarlas, de toda condición y edad,
les podemos decir: ¿Por qué lloras?
No
advertir que la humanidad está llorando es signo de deshumanización
generalizada,
que provoca el relativismo con que
es tratado todo, incluidos los seres humanos, en medio del cual existe el resto que, sufriendo el mismo
llanto, observa la realidad.
Jesús,
acercándose a María Magdalena, hace lo
que fue habitual en su paso por la tierra “como
uno de tantos”.
“Mujer, ¿por qué lloras?”
Advirtió
el llanto de toda clase de sufrimientos, desde la soledad, pasando
por el cansancio de la vida, la enfermedad, los sentimientos de culpa por el
mal cometido, hasta el llanto por la muerte de los seres amados.
Aun
siendo de mucho valor la advertencia y la cercanía, por ser
amor que convive con quien sufre, la humanidad se queda con el llanto. No
hay motivo para la esperanza si el mundo es una cárcel, que no
tiene otra salida que la de enterrar a sus muertos; por muy preciosa que sea
-sin que pueda preciarse de serlo por sí misma-.
· La fe en Dios es creer que realmente ha venido a
visitarnos;
no para acercarse a los que lloran como pañuelo de lágrimas; esto viene
a “ser cualquier dios”, que enjuga las lágrimas, pero deja en la noche del
sufrir.
· La
fe en Dios habla
de
una caridad que no es de
sostenimiento de la pobreza, sino que erradica con su Vida y su Muerte y
su Resurrección las causas del
sufrir, del llorar y del morir.
La
diferencia entre dioses y Dios está en que,
Dios se acerca y pronuncia nuestro nombre:
“¡María!”
Nuestro nombre fue pronunciado el día del
bautismo.
Jesús se acerca y pronuncia nuestro nombre
cada vez que nos ve sufrir y llorar. Lo triste es que, muy pocos aceptan al Dios que llega creando esperanza,
por ser el único que da sentido y futuro a un mundo sin salida.
“No me retengas”
No nos podemos quedar con quien ha muerto. No puede quedar en casa la persona amada
que ha muerto. Pero la fe, sólo la fe en Cristo resucitado nos dice que la muerte no es el final de
la vida.
La vida de todo ser humano es inmortal, en el único sentido de resucitar en cuerpo
y alma para no morir jamás. Fe no es solo ideología o sentimiento.
No queramos retenerla en su materialidad, creámosla en su realidad física
y espiritual, con sentido de unidad y de trascendencia.
La vida humana queda espiritualizada
en su inmortalidad de cuerpo y alma, como la de Cristo apareciéndose a María Magdalena.
¡Que importante son para nosotros las
palabras de Magdalena!
“He visto al Señor y
ha dicho esto”
Federico
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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