“VENID A MÍ LOS QUE ESTÁIS CANSADOS”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar)
Mateo 11, 25-30
DÍA 29 ABRIL CICLO -C
¿Quién no está
cansado y agobiado?
Cuando rezo por
los que sufren siempre añado: por
toda la humanidad porque, quien no tiene dolor por una cosa lo siente
por otra.
Nadie está seguro
de su felicidad, y menos hoy.
¿De qué podemos
estar seguros? Prácticamente de
nada; ni lo están los poderosos, ni los que de muchas maneras viven la
condición de ser pobres.
El texto nos
ofrece la oración de Jesús al Padre advirtiéndonos que su don, que es
conocer a Dios como Padre, no
está al alcance de los que se
consideran satisfechos, sino de
los que no se detienen en sus propias razones y de los que buscan algo más
de lo que les da el mundo.
Pero luego se dirige a nosotros viéndonos cansados
y agobiados.
“Aprended de Mí, que soy manso
y humilde de corazón,
y encontraréis descanso para vuestras almas”
¡Qué fácil es
aceptar tantas ofertas que nos brinda el mundo para distraernos del
cansancio!; consumida la oferta reaparece la situación de agobio. Cuando
no encontramos o no se aceptamos el sentido de la realidad de la vida, no
hay nada que lo haga desaparecer.
Es de “pequeños”, según la palabra
que usa Jesús, entender, con sabia
madurez humana, lo que no lo puede lograr
el mundo con sus ofertas.
Podemos vivir “aceptando
la realidad de la vida”, y no salir de ella, aunque sea dura y difícil,
cuando creemos en la cercanía de Dios
en Cristo que, no con
palabras, sino con su Vida, nos ofrece su propia realidad, para que vivamos en paz, asumiendo nuestras
dolencias.
Jesús une la
oración al Padre, como la del “pequeño
que a Él se confía”, con la oferta
de: “…encontraréis
descanso para vuestras almas”
La referencia de
la Verdad del Padre le permite aceptar, con sentido, lo que entendemos por llevar
la cruz: el yugo que nosotros le hemos cargado.
Es la “sabiduría
que entienden los pequeños”, mientras rompe la lógica de la razón de los sabios
y entendidos.
“Venid a mí todos los que estáis cansados
y
agobiados y Yo os aliviaré”
Creer en Dios es
creer en lo que nos ofrece Jesús, Dios y Hombre verdadero, para vivir en paz en
medio de la tribulación, en la que nos somete la vida, en este mundo.
Un dios que no da
paz y sentido al sinsentido de la vida del mundo no es el Dios de la fe, que da la Luz para comprender el Amor y la vida desde la Cruz.
Necesitamos “ser pequeños” para entenderlo; los niños intuyen la verdad del amor,
saben quién los ama bien y quien no.
Todos llevamos un
yugo, y todos vamos
dirigidos; y más quien cree que nadie lo dirige.
La fe en Dios
también es ver y creer que, entre los yugos que nos colocan o que
libremente aceptamos llevar, el más suave es el de Dios.
“Tomad mi yugo, porque es llevadero
y mi carga ligera”
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
VIRGEN Y DOCTORA DEL LA IGLESIA,
ENTRA EN MI NOCHE SEÑOR
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