lunes, 17 de marzo de 2025

UNO SOLO ES VUESTRO PADRE

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Isaías 1,10.16-20

Mateo 23,1-12

Jesús denuncia a los fariseos y a los maestros de la ley
(Mc 12.38-40; Lc 11.37-54; 20.45-47)
23
Después de esto, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: “Los maestros de la ley y los fariseos son los encargados de interpretar la ley de Moisés. Por lo tanto, obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar sobre la frente y en los brazos cajitas con textos de las Escrituras, y vestir ropas con grandes borlas. Desean los mejores puestos en los banquetes, los asientos de honor en las sinagogas, ser saludados con todo respeto en la calle y que la gente los llame maestros.
“Pero vosotros no os hagáis llamar maestros por la gente, porque todos sois hermanos y uno solo es vuestro Maestro. Y no llaméis padre a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el que está en el cielo. 10 Ni os hagáis llamar jefes, porque vuestro único Jefe es Cristo. 11 El más grande entre vosotros debe servir a los demás. 12 Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.

DÍA 18 MARZO CICLO -C

Los seres humanos existimos con la impronta natural de desear las presencias de lo que amamos, sean personas o criaturas. Poder convivir con las presencias es un don, que no siempre es posible; por esto, ¡cuánto deberíamos expresar nuestra gratitud cuando se convive en presencia!

¿Puede haber algún ser humano que ame de verdad y se conforme con la ausencia de lo amado, siendo posible la presencia?

Este razonamiento lo traslado a nivel de los que decimos que creemos en Dios.

Quien afirma su increencia, referida a la existencia de Dios, se conforma con una ausencia de raíz, sustituida por las presencias que puede ver y tocar, con la esperanza de que la ciencia responda a los interrogantes de todos los humanos.

·       La necesidad no crea lo necesario, pero puede conformarse con lo que tiene al alcance de su mano.

·       La necesidad no puede crear ninguna divinidad, pero los que decimos que, aceptamos la existencia de Dios nos hemos de preguntar si, siendo natural desear las presencias de lo amado y, siendo posible vivir la experiencia de Dios, al  haberse revelado, ¿es lógico vivir la fe aceptando la ausencia de Dios, cuando su revelación es Presencia del Amor que todos necesitamos?

Jesús nos dice, desde su experiencia de vivir la presencia de los letrados:

“En la cátedra de Moisés se 

han sentado los escribas y fariseos: 

haced y cumplid todo lo que os digan; 

pero no hagáis lo que ellos hacen”

No hagamos juicio de nadie, que es lo más fácil para justificarnos; mejor es pensar que, nadie vive sin su maestro de cátedra.

Lo que afirmamos o negamos es porque escuchamos a nuestros maestros preferidos. Y quien diga que no tiene maestros es más grave; porque revela que es su “yo” el que decide.

“Vosotros no os dejéis llamar maestros, 

porque uno solo es vuestro Maestro, 

y todos vosotros sois hermanos”

Precisamente, cuando se rompe la hermandad surgen los maestros.

Decirnos Jesús que, “uno solo es nuestro Maestro” es aceptar la Presencia de Dios y no la fe desde su ausencia. Su enseñanza es su Vida sin cátedra.

Jesús rezaba en el huerto y en el monte, y enseñaba sentado en la barca.

Su Vida es la que nos ha hermanado, mientras son los maestrillos religiosos, ideológicos y políticos los que nos separan, y además con desamor.

“No llaméis padre a nadie de la tierra, 

porque uno solo es vuestro Padre 

El primero entre vosotros sea vuestro servidor”

Nuestros padres no nos han dado la vida.

El alma es don individual para cada uno de nosotros; y no procede de ninguna energía, ni de ninguna materia. La vida la deseamos inmortal.

Fe no es creer lo que a cada uno le es razonable de Dios. Fe es creer en Dios.

Dios no nos quiere humillados, sino humildes; y a ser posible, lógicos en el pensar y en el amar, desde lo natural, siempre sobrenatural.

 F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Cirilo, obispo de Jerusalén 

y doctor de la Iglesia



CRISTIANOS DE ORILLA




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