SE ESCANDALIZABAN
A CUENTA DE ÉL
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 6,1-6
DÍA 5 FEBRERO CICLO -C
Hoy
es Sta. Águeda,
y recuerdo los años de mi estancia en parroquias.
Hay
mucha devoción a los Santos; entre ellos a esta mártir que las amas de casa tienen
como patrona. Muchos pueblos la veneran con fiesta.
La verdadera devoción es fruto de creer en el por qué de estas vidas, que se veneran o se honran como patronas; de no ser así, siendo buena toda devoción popular, puede quedar sin el sentido propio de lo que es una devoción. Nuestro tiempo exige educar y no quedarnos en nuestras propias ideas; a veces los actos, festejando al Santo, desdicen de su vida.
Mc. 6,1-6
Jesús nunca
empezó su misión diciendo quien era, ni gritó, como hacía Juan,
para llenar las plazas y enseñar
con elocuencia práctica e inmediata, sino que “pasó
por uno de tantos”,
enseñando en las sinagogas como un judío más. Era su manera de
enseñar y de acercarse a los que sobraban de la sociedad, que le
siguieran multitudes de pobres, que se preguntaban asombrados:
“¿De dónde saca todo eso?
¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?”
Hablar de Dios no es propio de la sola
inteligencia. Muchos seres humanos, muy inteligentes, no
saben decir una palabra acertada
de Dios.
Quien no abre su corazón a la Verdad de la
Vida de Jesús, para escucharle,
se queda con su saber lejos
de poder decirse a sí mismo una palabra de Dios.
No sólo atender con mente y corazón, para retener
lo escuchado, sino que hace falta la
propia medida de conversión, si se cree lo escuchado. De lo contrario seríamos como los escribas y
fariseos, que oían sin querer aceptarlo, porque se negaban a escuchar.
“¿No es este el carpintero, el hijo de María?”
Sus coetáneos sabían que era hijo de
María, aunque no supieran nada más. Por no saber nada más no
podían creer en él.
Aceptamos que es hijo de María, pero ¿creemos algo más?
Nuestra respuesta es “la realidad que aceptamos como conocimiento”, y revela la medida de fe, o de falta de
objetividad de la misma creencia.
“No desprecian a un profeta más que en su tierra,
entre sus
parientes y en su casa”
Esta frase es de suma trascendencia, no sólo para saber lo que creemos de Dios,
sino por la triste realidad
de lo que sucede en el sí de muchas
familias, y la posibilidad que suceda dentro de algunas Comunidades religiosas.
¿Cuándo se debe conocer y amar mejor a una persona sino dentro de la familia o de una
Comunidad?; sin embargo, la vida puede quedar en una
convivencia subjetiva, sin verdadero conocimiento que llevaría a
ser creída.
“Jesús se admiraba de
su falta de fe”
Cuántos padres
y cuantos miembros de Comunidades
religiosas sufren por no ser aceptados en su realidad rica o pobre.
Dentro de las familias y de las Comunidades
religiosas todos estamos, en nuestra pobreza, para ser conocidos y amados para el bien común.
Pero de igual modo que, nada hizo cambiar la vida de amor de Jesús, tampoco cambia la actitud de las personas, que no son
reconocidas, si están arraigadas en la fe a Jesús.
Llamados a amar a amigos y a enemigos; prevalece la dignidad, que todos hemos recibido de Dios, para no cambiar de actitud de amor y
esperanza ante la realidad de un mundo que, por su condición, nunca
tendrá fe. No seamos mundo dentro del
hogar familiar o religioso;
·
No pensemos que conocemos suficientemente a Dios y a los seres humanos; y
· No seamos suficientes para con los más próximos; podemos estar muy
equivocados de lo que es la realidad de sus vidas, en su riqueza para ser
conocida, o en su pobreza para ser amada.
A pesar de todo “Jesús, recorría los
pueblos de alrededor enseñando, y
nosotros agradecidos por ser amados y perdonados.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Ágata, virgen y mártir de Catania
s. Adelaida, abadesa
AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS
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