LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Jornada de la vida consagrada
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
22Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, 23de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», 24y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». 25Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. 26Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. 27Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, 28Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29«Ahora, Señor, según tu promesa, | puedes dejar a tu siervo irse en paz. 30Porque mis ojos han visto a tu Salvador, 31a quien has presentado ante todos los pueblos: 32luz para alumbrar a las naciones | y gloria de tu pueblo Israel». 33Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 34Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción 35—y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». 36Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, 37y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. 38Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. 39Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
DÍA 2 FEBRERO CICLO -C
En
su tiempo Jesús fue presentado al
Templo.
· El Templo
era, y sigue siendo para el Pueblo elegido, el lugar de la Presencia de Dios; lo más sagrado y lo más
añorado cuando vivía en destierro.
¡Cómo cantar al Señor en tierra extraña! (Ps 137,4-6).
·
El
Templo
era el lugar donde se unían en su fe y esperanza.
ü Jesús se convirtió en el único Templo.
ü Su Cuerpo resucitado es el Nuevo,
verdadero y único Templo. Su revelación fue causa de su
condena.
Jesús
tocó lo más sagrado del Pueblo al decir que, “podía ser destruido y Él lo reedificaba
en tres días” refiriéndose a su Muerte y a su
Resurrección.
El
Bautismo nos hace miembros del Cuerpo resucitado de Cristo y, templos vivos espirituales con la
Presencia del Espíritu Santo.
¡Realmente
me estoy maravillando de lo que supone el don de la fe!
Creemos,
no lo que el mundo no quiere conocer, sino lo que es en realidad la vida gratuitamente ofrecida por Dios al
alma de quienes aceptan el Don
del Amor divino, revelado por Cristo a precio de Sangre.
No
niego el valor de las creencias humanas, sino que:
-
Lamento
que, los creyentes bautizados
no conozcamos ni valoremos, y dejemos de vivir, lo que a tantos les ha
servido para crecer en el amor a Dios, hasta disponer la vida
al martirio, por conocer el valor
de lo eterno del Amor, y
-
Lamento
que, tantos cristianos creyentes
no deseen entrar por este camino y, afirmando su fe, se niegan a ser agradecidos a Dios, que se nos ha acercado
en su Humanidad para ser conocido,
creído y amado.
Esta
fiesta, de la Presentación de Jesús al Templo,
podemos meditarla espiritualmente hoy nosotros como que, es María la que nos presenta a Jesús, como templos que somos, escuchando las palabras que dijo en las
Bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”.
“Cuando se cumplieron los días de la purificación”
La
Ley
mandaba purificar a las mujeres que habían dado a luz.
Como
Jesús,
que se hizo bautizar en el Jordán por Juan, así María, siendo la llena de Gracia, esperó cumplir el tiempo de la purificación para ir al Templo.
No
es ser legalistas; el cumplimiento de la Ley era el modo de agradecer a Dios su bendición y su Amor.
Nosotros
nos hemos quedado con el amor; en nuestra forma de amar, es decir, ni
amor ni cumplimiento legal.
¿Qué
nos justifica ante Dios? ¿Nuestra manera de vivir la fe?
La
fe es lo común que vemos en este texto del Evangelio:
·
María
y José, cumpliendo la Ley, que era la forma testimonial de amar a Dios
· Simeón,
creyendo lo que el Espíritu le había comunicado, sabiendo esperar.
· Ana, dedicada su vida a
Dios, en su estado de viuda.
Es
curioso el texto, referido a ella, dice que “no se apartaba del Templo… con ayunos y oraciones noche y día”. Pero
dice a continuación: “presentándose en aquel momento”. Lo
cual quiere decir que, tanto Simeón como
Ana, fueron llamados por el Espíritu para estar en aquel momento.
Ø Quien vive del Espíritu llega
puntual al
encuentro, fruto
de la docilidad y escucha, mejor que de la manera personal de vivir la fe.
Simeón
y Ana fueron “impulsados
por el Espíritu”
Ø El encuentro con Jesús es más que lo vivido cuando
le celebramos y le recibimos. Es una bendición que cambia la vida. Lo
vemos en Pablo y hoy en Simeón.
Ø El verdadero encuentro
es Gracia, como todo lo de Dios;
pero está condicionado a nuestra manera de corresponder y de saber
esperar.
Ø El encuentro establece la paz en el alma;
ya no se teme ni a la muerte.
“Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los Pueblos”
Era presentado
en aquel tiempo y lugar, pero era para todos los Pueblos; para nosotros hoy, como he dicho al
comienzo.
"Su padre y su madre estaban admirados
por lo que se decía del niño"
Una admiración que les sorprendía al
ver que, lo que solo ellos sabían, el Espíritu les permitía hablar a Simeón y Ana,
como sucedió con Isabel.
La admiración apunta a la Cruz, tanto
de Jesús como de María y José.
“Este ha sido puesto para que muchos
en Israel caigan y se
levanten.
Los sabios y entendidos cayeron fiados
de su elocuencia sobre Dios, y los pobres y marginados de la Ley iban a
ser levantados.
“Será como un signo de
contradicción”
Lo fue y lo sigue siendo para los que se
mueven según su manera de querer entender a Jesús, o siendo indiferentes a su
divinidad.
Para unos es signo de verdad por su vida y por creer que Jesús es Dios; y para otros es signo de
contradicción porque, a su parecer, contradice la Ley y lo que ellos
entienden como dignidad, libertad y poder ser en el mundo.
“Y a ti misma una espada traspasará tu alma,
para que se pongan de manifiesto
los pensamientos de muchos corazones"
Una espada traspasando el alma de María es
mucho más que la transverberación del corazón de Teresa de Jesús; aunque todo
va por el camino del Amor.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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