JESÚS NOS ADVIERTE EDIFICAR NUESTRA VIDA
SOBRE LO QUE SOMOS: HIJOS DE DIOS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 8,34-9,134 Luego llamó Jesús a sus discípulos y a la gente, y dijo: –El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. 35 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y del evangelio, la salvará. 36 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? 37 O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida? 38 Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje delante de esta gente infiel y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y con sus santos ángeles. 91 También les decía Jesús: –Os aseguro que algunos de los que están aquí no morirán sin haber visto el reino de Dios llegar con poder". |
DÍA 21D FEBRERO CICLO -C
“Si alguno quiere
venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo”
Nadie sigue a una persona que no conoce; al mundo ¿lo conocemos?
Muy fácilmente vamos en pos de él y no nos plantearnos la trascendencia que es seguir sus criterios y sus
formas de actuar para nuestro ser personal.
Conocer a Jesús es aceptar que es la PALABRA
que nos ha creado; lo cual significa aceptar que procedemos
de Dios.
Aceptar ser hijos de Dios es entender
que Jesús no pide negar lo que somos, sino advertirnos
que podemos edificar nuestra vida sobre lo que no somos.
Vivir es optar. Cuando no hay opción, aceptamos de Dios lo
que entiende la razón, y del mundo lo que nos va bien; no tomamos conciencia de que esta actitud es una tibieza, que no satisface a Dios ni
a nosotros, por ser una vida no conformada a Él ni al mundo.
Con esta disconformidad
ante Dios y ante el mundo revelamos un yo arbitrario, que vive
de lo que le conviene de Dios y del mundo; ésta es la exigencia de Jesús de
“negarnos a nosotros mismos” para seguirle.
Sería una contradicción darnos talentos y
tener que negarnos a ellos.
“Quien quiera salvar
su vida, la perderá”
No nos conformemos en ser buenas personas.
Cuando le dijo uno a Jesús “hombre bueno”, le contestó: “por qué me dices
bueno; porque bueno sólo lo es Dios”. Lo cual quiere decir que nuestra bondad debe estar referida a
algo o a alguien, si no es así cada uno es bueno a su manera y, de toda la vida
hemos de dar razón de su por qué.
No definirnos es, en cierta manera, salvar
la vida como a cada uno nos parece; y esto es, también, perderse por
indefinida.
Dios y el prójimo, y el mismo mundo, nos piden que nos
definamos.
No ser de nadie, aun siendo de todos a nuestra manera, es perder
la vida.
“Quien se avergüence de mí y de mis palabras…,
también el Hijo del Hombre se avergonzará de él
cuando venga con la Gloria de su Padre”
No es sólo el Hijo del Hombre, Jesús, sino todo ser humano es el que exige nuestra definición ante él.
El ejemplo que damos como Humanidad en estos
tiempos es de una indefinición que, nos define por ser indiferentes a la realidad que vivimos creyentes, ideólogos
y políticos sin avergonzarnos de lo que permitimos, que viene a ser avergonzarnos
de Dios y de la mayoría de nuestro prójimo.
“Tome su cruz y me
siga”
Si Jesús dice “…y me siga” es porque Él la tomó y va delante.
·
No bajó del cielo con la cruz, sino que se la
pusimos nosotros a sus hombros.
·
Ninguna cruz baja del cielo, pero la llevamos todos.
¿Quién nos la ha puesto encima, y quién nos ayuda a llevarla?
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
CAMINO DE LA CRUZ
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