sábado, 22 de febrero de 2025

“A VOSOTROS LOS QUE ME ESCUCHÁIS”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 6,27-38

El amor a los enemigos
(Mt 5.38-48; 7.12)
27 “Pero a vosotros que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, 28 bendecid a los que os maldicen, orad por los que os insultan. 29 Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra, y al que te quite la capa déjale que se lleve también tu túnica. 30 Al que te pida algo dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. 31 Haced con los demás como queréis que los demás hagan con vosotros. 32 “Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los pecadores se portan así! 33 Y si hacéis bien solamente a quienes os hacen bien a vosotros, ¿qué tiene de extraordinario? ¡También los pecadores se portan así! 34 Y si dais prestado sólo a aquellos de quienes pensáis recibir algo, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡También los pecadores se prestan entre sí esperando recibir unos de otros! 35 Amad a vuestros enemigos, haced el bien y dad prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. 36 Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo.
No juzgar a otros
(Mt 7.1-5)
37 “No juzguéis a nadie y Dios no os juzgará a vosotros. No condenéis a nadie y Dios no os condenará. Perdonad y Dios os perdonará. 38 Dad a otros y Dios os dará a vosotros: llenará vuestra bolsa con una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Dios os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.”

VII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO  

CICLO  -C

I Cor 15,45-49

“El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente.El último Adán, en espíritu vivificante”

Es el simbolismo, que nos habla que “somos tierra” convertida en ser viviente; nuestra materia y nuestra condición es terrena pero, convertidos en seres vivos, la vida no procede de la materia.

·       Llevamos la imagen del hombre terrenal y también la del hombre celestial.

Para realizar la primera imagen no hace falta optar.

Para asemejarnos al hombre celestial hay que optar por Cristo aceptando que, siempre partimos del hombre terrenal porque es nuestra primera realidad.


I Sam 26,2,7-9.12-13.22-23

¿Por qué tendemos los humanos a quedarnos con lo que supone un mal paso de la vida de una persona, cuando la misma vida nos muestra tantos rasgos de amor y de perdón?

David, realmente, cometió un pecado muy grave; sin embargo David fue un hombre que, vivió de la fe en Dios, del amor y perdón al prójimo; y Dios perdona los pecados de quienes lo reconocen, y ama a los que perdonan.

Los enemigos suelen ser por ansias de poder o por celos. La enemistad no tiene lógica, es un defecto libremente aceptado.

Saúl era enemigo de David por celos.

En David vemos otra cualidad: el discernimiento de lo que “es o no” cosa de Dios.

“Dios pone hoy al enemigo en tu mano”

David respondió:

“No acabes con él, pues 

¿quién ha extendido la mano contra el ungido del Señor y ha quedado impune?”

David, de lejos, gritó:

“Aquí está la lanza del rey 

Y que el Señor pague a cada uno

 según su justicia y su fidelidad. 

Él te ha entregado hoy en mi poder, 

pero yo no he querido extender 

mi mano contra el ungido del Señor.

David nos enseña que Dios ama al pecador que acepta su Misericordia, desde la fidelidad como gratitud manifestada en amor y perdón.

Sobre todo LA FIDELIDAD DE DIOS que, cuando promete cumple la promesa, sea cual sea la condición de la persona a la que conduce si sabe escuchar.


Lc 6,27-38

Un texto que, a primera vista, parece un idealismo de actitud impropia del ser humano; nos parecían más asequibles las Bienaventuranzas; si éstas eran la revelación de la Vida de Jesús, no lo es menos el texto del Evangelio de hoy.

Si nos cuesta perdonar, cada día incluso, entre los que convivimos, más lo es perdonar al enemigo; no todos son enemigos y, sin embargo, los que pretenden alejarnos de la misión que tenemos en la vida, o de la fe que Dios nos da, son enemigos y nos deberíamos plantear que, “perdonarlos” es permanecer en la misión, y el testimonio, como hizo Jesús en el Monte de las tentaciones.

“A vosotros los que me escucháis”

¿Qué es escuchar?

Es ver, contemplar la Vida de Jesús, sobre todo, desde Getsemaní al Calvario.

Este escuchar contemplativo es el que ilumina los textos, que ni la razón ni el  corazón humano pueden entender.

Toda la vida de Jesús fue un soportar paciente la presencia de los enemigos.

“A quien te pegue en una mejilla, preséntale la otra”

·       Pegar en una mejilla es signo de una manera de pensar y actuar.

·       Presentar la otra mejilla es permanecer y dar testimonio de lo que se cree y ama; como Jesús respondió a quien le abofeteó preguntando

“¿Por qué me pegas?

Porque no pegaba a un enemigo, sino a un ser inocente que había dado pruebas de amar hasta a los enemigos.

Tal vez hoy, lo que falta es la valentía de presentar la otra mejilla.

No sólo tenemos el testimonio de la vida de Jesús, sino el de tantos Santos que han presentado la otra mejilla jugándose la vida, como S. Francisco, la de tantos seres humanos que han querido ser mártires y la vida de los que han recibido el Don de serlo, perdonando, es una manera de presentar la otra mejilla.

Tener devoción a un Santo es asemejarnos a lo que apreciamos de él en el seguimiento a Jesucristo.

Tenemos que crecer en virtudes para poder entender y practicar misericordia; no partimos de cero, nos asemejamos al mundo en juicios, condenas y marginaciones, que en el fondo es no amar ni perdonar.

“No juzguéis, y no seréis juzgados; 

no condenéis, y no seréis condenados;

perdonad, y seréis perdonados

No es sólo esta palabra la que nos dice el texto, sino

“Os verterán una medida generosa, 

colmada, remecida, rebosante, 

pues con la medida con que midiereis 

se os medirá a vosotros”

El Papa Francisco resalta que no es una opción, sino un mandato precisamente a sus discípulos, que son los que le escuchan.

¿Somos discípulos que escuchamos y aceptamos el mandato del Señor, o escuchamos siguiendo lo que nos dicta la mente y el corazón?           

 F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

SAN POLICARPO 


AMAD A VUESTROS ENEMIGOS






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