jueves, 2 de enero de 2025

 “¿TÚ QUIÉN ERES?”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 1,19-28

1. La revelación del Hijo de Dios (1.19–3.36)
El testimonio de Juan el Bautista
(Mt 3.11-12; Mc 1.7-8; Lc 3.15-17)
19 Los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a Juan, a preguntarle quién era. 20 Y él confesó claramente:
–Yo no soy el Mesías.
21 Le volvieron a preguntar:
–¿Quién eres, pues? ¿El profeta Elías?
Juan dijo:
–No lo soy.
Ellos insistieron:
–Entonces, ¿eres el profeta que había de venir?
Contestó:
–No.
22 Le dijeron:
–¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué puedes decirnos acerca de ti mismo?
23 Juan les contestó:
–Yo soy, como dijo el profeta Isaías,
‘Una voz que grita en el desierto:
¡Abrid un camino recto para el Señor!’
24 Los que habían sido enviados por los fariseos a hablar con Juan, 25 le preguntaron:
–Pues si no eres el Mesías ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
26 Juan les contestó:
–Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno que no conocéis: 27 ese es el que viene después de mí. Yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias.
28 Todo esto sucedió en el lugar llamado Betania, al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.

DIA 2 ENERO  CICLO  C

Es una pregunta difícil de responder porque, con decir el nombre es sólo esto lo que se identifica; quien no conoce se queda sabiendo el nombre y nada más. ¡Qué difícil darse a conocer con una palabra!

·       ¡Qué difícil es conocerse a sí mismo!, unos por humildad, otros por vanidad.

·       ¡Qué fácil es ocultar la realidad; como aceptar de los demás lo que reviste la debilidad!

·       ¡Qué madurez humana la que es capaz de ser verdad, iluminando lo que los demás confunden!

Cada uno es más de lo que sabe de sí mismo.

Las actitudes habituales, que tenemos con Dios y con el prójimo, nos pueden ayudar porque revelan la identidad, que no siempre es la que se ofrece.          

·       Juan Bautista es un modelo de madurez humana.

“Yo no soy el Mesías”

¡Qué fácil es revestirse del honor con que pueden vestir los demás desde el error, no culpable!

·       Y modelo de fidelidad a su vocación.

“Yo soy la voz que grita en el desierto”

Se necesita tener muy cierta la llamada de Dios a identificar la vocación para definirse y aceptar vivir la voluntad divina, como en el caso de S. Juan Bautista.  

Normalmente quien va al desierto es respondiendo a la voluntad de Dios para vivir, en silencio y en dedicación completa, según su designio; pero Juan entiende que no predica al desierto, sino que su grito es una manera de llegar al desierto de cada uno.

Desierto es el lugar donde no hay nada, sin embargo, nuestro interior no es un desierto, sino un paraíso, que podemos convertir en desierto cuando no hacemos nada por conocerlo y llenamos nuestras manos, el corazón y la mente de todo lo que sustituye la abundancia del bien no atendido.

Esta fue la vocación de Juan Bautista:

·       Gritar con su voz para despertar la conciencia de haber convertido el paraíso interior en un desierto.

La tenencia de cosas y de pensamientos indiferentes al paraíso interior crea montes y lejanías; por esto Juan grita:

“Allanad el camino al Señor”

Quien viene detrás de él, a quien no puede desatar la correa de la sandalia”, no se da a conocer a quien lo oculta desde la altivez o desde la lejanía.

“Entonces, ¿por qué bautizas?”

Su bautismo era con agua, signo de purificar la conciencia desde su palabra.

La gente acudía a él para despertar del letargo que ocultaba el paraíso interior.

Quienes le preguntaban permanecían en el desierto de su interior, sin escuchar.

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”.         

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

ss. Basilio El Grande y Gregorio Nacianzeno, 

obispos y doctores de la Iglesia



QUIERO SER TU AMIGO JESUCRISTO




 

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