SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Lucas 2,16-21 |
SOLEMNIDAD DE MARÍA MADRE DE DIOS
Nu 6,22-27 – Gal 4,4-5 – Lc 2,16-21
Acaba
de nacer Jesús como hombre verdadero cuidado por su Madre,
siendo a su vez verdadero Dios-con-nosotros.
(Jacob engendró a José, esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado
Cristo). (Mt 1,16).
¡Qué
maravilloso es poder decir a María, Madre; y Madre de Dios!
Nos
la dio cuando Jesús terminaba su tiempo de vivir con nosotros física y
humanamente como uno de tantos.
En
el Calvario nos da el amor más grande que tuvo en la tierra: su Madre,
la virgen María; y en Cenáculo, con el
Padre, nos dan el Espíritu Santo, que lo había encarnado.
Decir
que María es Madre de Dios es afirmar que Jesús es la visibilidad del Hijo de
Dios;
por lo que solemnemente celebramos esta Fiesta de María, por ser la afirmación de fe que Jesús es Dios y Hombre
verdadero, siendo María hija del
Padre, que lo es de todos, e hija
del Hijo, que la creó para ser su Madre, siendo esposa del Espíritu Santo.
Lo
creemos por la fe dentro de la Iglesia católica;
pero a su vez es una realidad histórica.
· Jesús
vivió y murió como el Hijo de Dios, nacido de María.
·
Jesús
murió por ser Dios, acusado por las autoridades que debían haber crecido
en fe.
“Vino a su casa y
los suyos no le recibieron”
Dió
plenitud a la Ley y al Templo y es creído por los que por Gracia creen
en Dios-Amor.
Un
niño necesita ser cuidado porque el ser humano,
el más digno de la creación, por ser
imagen de Dios y por su capacidad de hacer el bien (hasta ser llamado a
creer y ser consciente de ser habitado por Él) y de hacer el mal (hasta poder ser capaz de negarlo).
Al
comenzar un nuevo año es como si Dios nos advirtiera de nuestra niñez
atemporal.
¿Qué
es crecer?
Tal vez lo menos importante es hacerlo sólo en edad y estatura.
Haber crecido es haber madurado humanamente
para reconocer el favor de los padres y de cuantos nos han ayudado a ser
quienes somos.
Por
esto, crecer es también reconocer que
estamos necesitados toda la vida de ser cuidados, de ser amados; y saber
agradecerlo no es propio de los niños; a pesar de que, con sus expresiones y
manifestaciones infantiles expresan “lo que entienden y hacen con ellos” los
que los aman de verdad. Crecer
es agradecer a todos los que nos aman con sus vidas.
La
Iglesia,
verdadera Madre que engendra permanentemente a Cristo resucitado en cada Altar
por el Espíritu Santo, ha querido que
nuestra Liturgia celebrara el primer día del Año la Solemnidad de María, Madre
de Dios, para que nosotros, desde nuestra infancia madura en espíritu, desee
y agradezca, desde el primer día del año, los cuidados de María. ¡Esta es la Bendición de Dios!
Una
bendición que se sucede desde el A.T. Dios bendijo a Moisés, y desde Aarón, los
sacerdotes invocaban a Dios y bendecían al Pueblo.
Bendecir
es recibir la misericordia divina, y esto supone ver el rostro de Dios.
Necesitamos
ser tan pobres como lo eran aquellos pastores para creer el
anuncio y, que valía la pena ir a Belén a ver a un Niño acostado en
un pesebre.
Dejaron sus ovejas, fueron, y al verlo
¡lo adoraron! ¿Qué
se necesita ver para creer en
Dios?
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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