viernes, 10 de enero de 2025

“SEÑOR, SI QUIERES PUEDES CURARME”

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 5, 12-16

Jesús sana a un leproso
(Mt 8.1-4; Mc 1.40-45)
12 Un día estaba Jesús en un pueblo donde había un hombre enfermo de lepra. Al ver a Jesús se inclinó hasta el suelo y le rogó:
–Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. 13 Jesús lo tocó con la mano, diciendo:
–Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento se le quitó la lepra al enfermo, 14 y Jesús le ordenó:
–No lo digas a nadie. Solamente ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que todos sepan que ya estás limpio de tu enfermedad.
15 Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, y mucha gente se juntaba para oirle y para que sanase sus enfermedades. 16 Pero Jesús se retiraba a orar a lugares apartados.

DÍA 11 ENERO   -CICLO  C

¿Qué piensas de Jesús? ¿Qué crees de Jesús?

Ante una persona no es suficiente lo que nosotros pensamos o creemos de ella, sino lo que aceptamos de ella.

Aceptar no es justificarla, sino responder a la dignidad que toda persona posee y se merece ser tratada.

Vivir de lo que se piensa o se cree de una persona es vivir del juicio que se hace de ella, lo cual no nos ayuda más que el bien en aceptarla.

Se así lo hacemos con cualquier ser humano es por lo que te pregunto qué piensas y qué crees de Jesús. Quedarse en esto es el juicio personal que hacemos de Él, cuando su dignidad, aunque sea en principio como Hombre, merece ser aceptado y ser conocido.

Nuestro presente, con tanta palabrería negativa sobre todo prójimo, hace que se haya perdido confianza en él.

Esta desconfianza llega hasta Jesús desde el error de juzgarle y no desde lo que se sabe de Él, sino contemplando al prójimo, que está fuera de nosotros, olvidando que también podemos ser parte influyente en la desconfianza de Jesús, en definitiva, de Dios.

El mejor libro  para conocer a Jesús son los Evangelios. No es libro para leer; es Jesús dialogando con nuestro espíritu, si aceptamos su diálogo.

Estando Él en una de las ciudades, 

se presentó un hombre lleno de lepra.

“Señor, si quieres puedes curarme.

Debemos situarnos en el hecho: contemplemos a este hombre leproso, que no es cualquier enfermedad; le trata de Señor, cree y confía en Él.

El leproso está seguro de quien es; por esto le dice: “si quieres”.

Esta frase, dicha por un leproso, no es una expresión de las que considera que Dios puede todo, sin plantearse la fe y la confianza en Jesús como Dios

“Me puedes curar” es el final de una frase respetuosa, desde la seguridad de que Jesús lo puede curar si quiere, si lo cree conveniente.

¡Cuánto hemos de meditar esta frase del hombre leproso!

Dejar en manos de Dios la conveniencia de curarnos es confiar en que Dios nos da siempre lo mejor, aunque no lo entendamos de inmediato.

No sabemos qué camino nos lleva al encuentro con la Verdad que nos hace libres, pacíficos y testigos del Bien.

No siempre es recibir el bien pedido lo que nos conduce a su encuentro; por esto no siempre la respuesta de Jesús será ante lo que le pedimos:

“Quiero, queda limpio”. Y enseguida la lepra se le quitó.

De Dios deberíamos hablar sólo desde los bienes reconocidos; si no, callar.

"Se hablaba de Él cada vez más

por su parte, solía retirarse en lugares despoblados, 

entregado a la oración". ¡Para meditarlo!                          

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Paulino de Aquileia, obispo


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