“SEÑOR, SI QUIERES PUEDES CURARME”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Lucas 5, 12-16
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DÍA 11 ENERO -CICLO C
¿Qué piensas de Jesús? ¿Qué crees de Jesús?
Ante
una persona no es suficiente lo que nosotros pensamos o creemos de
ella, sino lo que aceptamos de ella.
Aceptar no
es justificarla, sino responder a
la dignidad que toda persona
posee y se merece ser tratada.
Vivir
de lo que se piensa o se cree de una persona es vivir del juicio que se
hace de ella, lo cual no nos ayuda más que el bien en aceptarla.
Se
así lo hacemos con cualquier ser humano es por lo que te pregunto qué
piensas y qué crees de Jesús. Quedarse
en esto es el juicio personal que hacemos de Él, cuando su dignidad, aunque
sea en principio como Hombre, merece ser
aceptado y ser conocido.
Nuestro
presente,
con tanta palabrería negativa sobre todo prójimo, hace que se haya perdido confianza en él.
Esta
desconfianza llega hasta Jesús desde el error de juzgarle y no desde lo que se sabe de Él, sino contemplando
al prójimo, que está fuera de nosotros, olvidando que también podemos ser parte influyente en la desconfianza de Jesús, en
definitiva, de Dios.
El mejor libro para conocer a Jesús son los Evangelios. No es libro para leer; es Jesús dialogando con nuestro espíritu, si aceptamos su diálogo.
Estando Él en una de las ciudades,
se presentó un hombre lleno
de lepra.
“Señor, si quieres puedes curarme.
Debemos
situarnos en el hecho: contemplemos a
este hombre leproso, que no es cualquier enfermedad; le trata
de Señor, cree y confía en Él.
El
leproso está seguro de quien es; por esto le dice: “si quieres”.
Esta
frase, dicha por un leproso, no es una expresión de las que considera que
Dios puede todo, sin plantearse la fe
y la confianza en Jesús como Dios
“Me
puedes curar”
es el final de una frase respetuosa, desde la seguridad
de que Jesús lo puede curar si
quiere, si lo cree conveniente.
¡Cuánto
hemos de meditar esta frase del hombre leproso!
Dejar
en manos de Dios la conveniencia de curarnos es confiar
en que Dios nos da siempre lo mejor, aunque no lo entendamos de inmediato.
No
sabemos qué camino nos lleva al encuentro con la Verdad que nos
hace libres, pacíficos y testigos del Bien.
No
siempre es recibir el bien pedido lo que nos conduce a su encuentro;
por esto no siempre la respuesta de Jesús será ante lo que le pedimos:
“Quiero,
queda limpio”. Y
enseguida la lepra se le quitó.
De
Dios deberíamos hablar sólo desde los bienes reconocidos; si no, callar.
"Se hablaba de Él cada vez más…;
por su parte, solía retirarse en lugares despoblados,
entregado a la oración".
¡Para
meditarlo!
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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