“¿QUIÉNES SON MI MADRE
Y MIS HERMANOS?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
31Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. 32La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». 33Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». 34Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
DÍA 28 ENERO CICLO -C
Jesús
convivió con sus padres, con José hasta que murió, y con su verdadera Madre,
María, durante treinta años; pero cuando comenzó su mesianismo se fue solo a evangelizar el mundo.
Su Madre quedó en Nazaret.
Este
hecho,
salir un hombre solo, y más tarde asociar a su misión a doce
hombres sin cultura y sin renombre, para ser el fundamento humano de su
nuevo Pueblo elegido, es
suficiente para reconocer que no es así en ninguna empresa humana.
La
Iglesia es la nueva Comunidad que sucede al Pueblo, que se ha negado a creer
en la plenitud de la revelación; no es de nueva creación.
La
Ley de Moisés era sólo el cauce para llegar la plenitud
donde el Amor sustituye a la Ley y,
Dios en el Hijo, a todos los Profetas.
Lo
que plantea la fe
no es creer en Dios, en quien sigue creyendo su Pueblo, y muchos
que afirman su creencia, sino creer que Dios nos ha visitado en la
Persona del Hijo, visible en la Humanidad de Jesús de Nazaret.
Ø La
verdadera opción de fe nos la plantea Cristo.
“Llegan su Madre y sus hermanos y,
desde fuera, lo mandaron llamar”
Su Madre y sus parientes -que es lo
que expresa la palabra hermanos-, vienen de fuera, y llegan a donde estaba
Jesús enseñando.
“Mira, tu Madre y tus hermanos y hermanas
(Que
clarifica aun más lo de ser sus parientes) están fuera y te buscan”.
No todo era fama lo que envolvía a Jesús; “su decir
y actuar” fue lo que causó que, su familia fuera a buscarlo para
disuadirle de su propósito.
No fue solamente “la tentación en el Monte”
la que deseaba cambiar su misión.
Las familias no siempre entienden y
aceptan las opciones positivas, de sus hijos, cuando plantean vocaciones
inesperadas en ellas.
María, desde la encarnación del Hijo, no
cesó de sufrir en su carne y en su espíritu no solo porque, como Madre,
intuyera lo que iba a pasar en la vida de su propio hijo, que era Dios,
sino también, por su familia que no entendía
a su hijo Jesús.
¡Pocos son los que entienden y creen en
Jesús!
Los que escuchan la voz del Espíritu, que habla y hace inteligible su Verdad, hacen natural, y posible, la verdadera fe y el seguimiento de Jesús
siendo testigos de lo que ven y tocan desde la aceptación del
don de la fe, que engrandece la razón.
“¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”
Jesús establece un nuevo modo de ser familia
y de amarnos los humanos.
“El que haga la voluntad de Dios,
ese es mi hermano y mi madre”
Ø
La
voluntad de Dios es que creamos en el Hijo, su enviado.
Es buena la devoción a los Santos cuando se cree de ellos su
fidelidad a la Iglesia católica y, su vida acorde a la voz del Espíritu
Santo.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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