viernes, 17 de enero de 2025

 “¿POR QUÉ COME CON 

PUBLICANOS Y FARISEOS?

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Jesús llama a Leví
(Mt 9.9-13; Lc 5.27-32)
13 Después fue Jesús otra vez a la orilla del lago. La gente se acercaba a él, y él les enseñaba. 14 Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
–Sígueme.
Leví se levantó y le siguió.
15 Sucedió que Jesús estaba comiendo en casa de Leví, y muchos cobradores de impuestos y otra gente de mala fama estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. 16 Unos maestros de la ley pertenecientes al partido fariseo, al ver que Jesús comía con todos ellos, preguntaron a los discípulos:
–¿Cómo es que vuestro Maestro come con los cobradores de impuestos y con los pecadores?
17 Jesús los oyó y les dijo:

–No necesitan médico los que gozan de buena salud, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

DÍA 18  CICLO  -C

"Por qué come con publicanos y fariseos?"

Este suele ser el error de los envidiosos y de los celosos.

Los escribas y los fariseos eran los que realmente pertenecían al Pueblo elegido, que era visitado por Dios en Cristo Jesús.

El Hijo de Dios fue enviado a su Pueblo, signo de la realidad humana; porque desde nuestros primeros padres, que lo tenían todo gratuitamente y lo dejaron perder por confundir la riqueza que tenían en sus manos, y en su tiempo, el Pueblo esclavo liberado con grandes prodigios de Dios, que nunca supo apreciar las riquezas que se les daba, y cuantos vivimos a lo largo de la Historia, todos erramos ante la gratuidad del Amor divino trinitario.

Este es el absurdo del poder humano cuando vive entretenido en pensamientos y con la riqueza que considera obra del poder de sus manos.

Podemos pasar la vida, cada uno de nosotros, con discursos afirmativos o negativos de Dios, orgullosos de nuestro progreso y no vivir el gozo de tales logros porque, cuanto “más es el poder” que tenemosmayor es el vacío” del ser nunca saciado, creador de celos y envidias, fruto de la insatisfacción.

·         El Hijo de Dios es la máxima revelación de Dios al ser humano.

Este Hijo de Dios, nacido como un hijo más presente en medio de su Pueblo, en la humanidad de Jesús, “al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: Sígueme”

No sigas leyendo el relato del Evangelio para quedarte con la noticia del hecho. Piensa más bien que Dios, al pasar por dónde estás, te dice “Sígueme”

Reconozcamos dónde estamos. Podemos ser buscadores sinceros de la Verdad y honrados en el servicio al prójimo; pero también podemos ser fariseos, y hasta enemigos directos por ser negativos, o por vivir de espaldas a nuestro prójimo, como Mateo siendo cobrador de impuestos.

“Él se levantó y lo siguió”

Este es el examen que Jesús nos propone. No quedarnos satisfechos “sentados en el mostrador”, sino ser capaces de ver a Jesús que pasa y de escuchar su llamada personal. No sólo levantarnos, sino seguirle.

No seamos fariseos; no solo viendo a Jesús sentado con pecadores, sino “juzgando a los pecadores” y considerando que no son dignos de sentarse con Jesús cuando, en su Mesa todos tenemos un sitio guardado para cada uno.

¿Por qué come con publicanos y pecadores?”

Pudo muy bien contestar Jesús: “Porque vosotros no queréis”.

Jesús lo oyó y les dijo:

No necesitan médico los sanos sino los enfermos”

Jesús, con su sinceridad, nos habla claro.

Para Él ya no eran publicanos y pecadores los amigos de Mateo, sino ellos, también invitados.          

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

sANTA. Prisca, fundadora de la Iglesia 

homónima sobre el Aventino



MARÍA ENSÉÑAME...






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