sábado, 18 de enero de 2025

 UNA BODA EN CANÁ DE GALILEA.

EN EL CALVARIO "AMOR ABIERTO 

Y MESA PREPARADA"

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 2,1-12

Una boda en Caná de Galilea
2
Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda. En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
–Ya no tienen vino.
Jesús le contestó:
–Mujer, ¿por qué me lo dices a mí? Mi hora aún no ha llegado.
Dijo ella a los que estaban sirviendo:
–Haced lo que él os diga.
Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros. Jesús dijo a los sirvientes:
–Llenad de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba, y les dijo:
–Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron, y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio 10 y le dijo:
–Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora.
11 Esta fue la primera señal milagrosa que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto se fue a Cafarnaún en compañía de su madre, sus hermanos y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días"

II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO  

CICLO  -C

 Is. 62,1-5

Desde la fe tengamos presente tres cosas, entre otras muchas.

1.     Creemos en un Dios personal. Solo un Dios personal se puede revelar y tener diálogo con el ser humano; pues no se puede decir de cualquier creencia que se tiene fe.

2.    Somos seres individuales personales, que solo el Dios revelado nos lo puede conceder.

3.    Somos miembros de una Comunidad.

No son condiciones legales, sino el sentimiento personal que nace de haber aceptado la fe de ser hijos de Dios, al que conocemos en su Ser: Personas distintas, que su Amor nos convierte en Comunidad de Vida eterna.

“Por amor de Sión no quiero callar, 

no quiero reposar hasta que aparezca su salvación

 como una lámpara encendida.

El texto profetiza un nivel personal y la tierra como espacio de comunión.

“No podrán decir de ti nunca más “la Abandonada”, 

y a tu tierra, “Tiene marido”, 

porque el Señor te amará y tu tierra tendrá marido”

·         Tu Dios estará contento de tenerte.


I Cor. 12,4-11

Todos los dones recibidos son individuales, dados a personas concretas, para bien de los demás. Desde la fe todo gira en torno a la individualidad personal en función de servir y amar al prójimo, en comunión de amor.

 

Jn. 2,1-12:  Las Bodas de Caná de Galilea

Sin negar los hechos lo que importa, desde la fe, son los signos tal cual nos habla el apóstol S. Juan.

Jesús comienza sus signos mesiánicos en una Boda en Caná de Galilea, que culminará en el Calvario, como Amor abierto y Mesa preparada hasta el final de los tiempos.

·       El vino, que para muchos es signo de alegría, lógico que lo sea en una boda, para mí, viendo cómo sucede “lo del vino” en el contexto de esta boda, es signo  de unidad desde la verdad del amor.

El vino por sí mismo no es más que una bebida, y no es signo de nada; incluso puede ser causa de males cuando es usado indebidamente.

·       El vino de las Bodas de Caná es el signo del comienzo del mesianismo.

Las palabras de María, no tienen vino”, son signo de que la Ley no ha obrado la perfecta justificación-salvación, y que hacía falta la presencia del Mesías para que llegara a su plenitud.

·       La abundancia de agua convertida en vino, cuando la boda llega al final, es signo de que los tiempos han llegado a su fin y comienza un tiempo nuevo; llega el fin de la Ley mosaica para comenzar el tiempo de amar y crear comunión desde la verdad de la vida.

·       Es tiempo de abundancia de vino como signo de bendición especial de Dios, desde la revelación de la Vida de Amor de Jesús en medio del Pueblo.

Todo amor verdadero engendra unidad.

De ahí la oración que Jesús elevará más tarde al Padre: “que todos sean uno, como los somos nosotros”.

Ø La unidad es signo de buen amor y de abundancia de vino, es decir, de bendición de Dios.

Dice el texto:

“Así comenzó Jesús sus milagros en Caná de Galilea, 

por mediación de María, y sus discípulos creyeron en Él”

Creer es caminar en unidad personal y la que significa amar al prójimo.

Los discípulos creyeron, pero la realidad de su conversión no llegaría hasta la venida del Espíritu Santo.

Las Bodas de Cristo con la Humanidad comienzan con este primer milagro, del agua convertida en vino, llegando a su plenitud de Amor, y de buen vino, en la Cruz del Calvario y, desde allí, resucitado Cristo y enviado el Espíritu Santo empieza, en buen vino, la conversión y la Mesa del banquete eternamente preparada para todos los tiempos, y para toda la Humanidad llamada a beber del buen vino de Cristo Resucitado.

La sola fe no justifica; y menos cualquier fe.

Hay que vivir unidos a Cristo resucitado para poder ser testigos de su Vida.

Ø Estamos dentro del Octavario por la unidad de las Iglesias.

No es un hecho extraño de las Iglesias. Vivimos tiempos en que lo habitual es la desunión, la dispersión y la violencia del poder para vencer.

Estos son los signos contrarios a la exigencia de la fe en Cristo.

Ø Seamos signo de unidad, aunque nos cueste el martirio.

Así consiguió Jesús ser Buen vino desde Caná de Galilea.

Ø Mostremos nuestra fe siendo testigos de unidad viviendo en servicio del Amor, que lo engendra desde nuestra debilidad; pero convencidos de que esta forma de vivir y de amar son el signo que Jesús nos dio en Caná de Galilea.

“Haced lo que Él os diga”

Que la frase de María “haced lo que Él os diga”, que escuchó de Jesús que nos va a ti y a mí”, estando ambos salvados, sean las palabras que escuchemos hoy en nuestro interior.

Nada mejor que obedecer a Cristo para que Él transforme nuestras pobres aguas, ofrecidas, en buen vino para todos.                                   

F. Allara

 

SANTORAL DE DÍA

s. Germánico, mártir de Filadelfia



TODOS VAMOS EN EL MISMO BARCO







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