UNA BODA EN CANÁ DE GALILEA.
EN EL CALVARIO "AMOR ABIERTO
Y MESA PREPARADA"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Juan 2,1-12
Una boda en Caná de Galilea 2 1 Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, 2 y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda. 3 En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo: –Ya no tienen vino. 4 Jesús le contestó: –Mujer, ¿por qué me lo dices a mí? Mi hora aún no ha llegado. 5 Dijo ella a los que estaban sirviendo: –Haced lo que él os diga. 6 Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros. 7 Jesús dijo a los sirvientes: –Llenad de agua estas tinajas. Las llenaron hasta arriba, 8 y les dijo: –Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta. Así lo hicieron, 9 y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio 10 y le dijo: –Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora. 11 Esta fue la primera señal milagrosa que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él. 12 Después de esto se fue a Cafarnaún en compañía de su madre, sus hermanos y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días" |
II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
CICLO -C
Is. 62,1-5
Desde la fe tengamos
presente tres cosas, entre otras muchas.
1.
Creemos en un Dios personal. Solo
un Dios personal se puede revelar y tener diálogo con el ser humano;
pues no se puede decir de cualquier creencia que se tiene fe.
2.
Somos
seres individuales personales, que
solo el Dios revelado nos lo puede conceder.
3.
Somos miembros de una Comunidad.
No
son condiciones legales, sino el sentimiento
personal que nace de haber aceptado la fe de ser hijos de Dios,
al que conocemos en su Ser: Personas distintas, que su Amor nos convierte en Comunidad de Vida eterna.
“Por amor de Sión no quiero callar,
no quiero reposar hasta que aparezca su salvación
como
una lámpara encendida.
El
texto profetiza un nivel personal y la tierra como espacio de comunión.
“No podrán decir de ti nunca más “la Abandonada”,
y a tu tierra, “Tiene marido”,
porque el Señor te amará y tu tierra tendrá marido”
· Tu Dios estará contento de tenerte.
I Cor. 12,4-11
Todos los dones recibidos son individuales, dados a personas concretas, para bien
de los demás. Desde la fe todo gira en torno a la individualidad
personal en función de servir y amar al prójimo, en comunión
de amor.
Jn. 2,1-12: Las Bodas de Caná de Galilea
Sin negar los hechos lo que importa, desde la fe, son
los signos tal cual nos habla el apóstol S. Juan.
Jesús comienza sus signos mesiánicos en una Boda en Caná de Galilea, que culminará en el Calvario, como Amor
abierto y Mesa preparada hasta el final de los tiempos.
·
El vino, que para muchos es signo de alegría, lógico que
lo sea en una boda, para mí, viendo cómo
sucede “lo del vino” en el contexto de esta boda, es signo de unidad desde la verdad del amor.
El vino por sí mismo no es más que una
bebida, y no es signo de nada; incluso puede ser causa de males cuando
es usado indebidamente.
·
El vino de las Bodas de Caná es el signo del comienzo del mesianismo.
Las palabras de María, “no tienen vino”, son signo de que la Ley no ha obrado
la perfecta justificación-salvación, y que hacía falta la presencia del Mesías para que llegara a su
plenitud.
·
La abundancia de agua convertida en vino, cuando la
boda llega al final, es signo de que los tiempos han llegado a
su fin y comienza un tiempo nuevo; llega el fin de la Ley
mosaica para comenzar el tiempo de
amar y crear comunión desde la verdad de la vida.
·
Es tiempo de abundancia de vino como signo de bendición especial de Dios, desde la revelación de la Vida de Amor de Jesús en medio del
Pueblo.
Todo amor verdadero engendra unidad.
De ahí la oración que Jesús elevará más tarde
al Padre: “que todos sean uno, como
los somos nosotros”.
Ø La
unidad es signo de buen amor y
de abundancia de vino, es decir, de bendición de Dios.
Dice el texto:
“Así comenzó Jesús sus milagros en Caná de Galilea,
por mediación de María, y
sus discípulos creyeron en Él”
Creer es caminar en unidad personal y la que significa
amar al prójimo.
Los discípulos creyeron, pero la realidad de su conversión
no llegaría hasta la venida del Espíritu Santo.
Las Bodas
de Cristo con la Humanidad comienzan con este primer milagro, del agua convertida en vino, llegando a su plenitud de Amor, y de buen vino, en la Cruz del Calvario
y, desde allí, resucitado Cristo y
enviado el Espíritu Santo empieza, en buen vino, la conversión y la Mesa del banquete eternamente preparada para todos los
tiempos, y para toda la Humanidad llamada
a beber del buen vino de Cristo Resucitado.
La sola fe no justifica; y menos cualquier
fe.
Hay que vivir unidos a Cristo resucitado para
poder ser testigos de su Vida.
Ø
Estamos
dentro del Octavario por la unidad de las Iglesias.
No es un hecho extraño de las Iglesias. Vivimos
tiempos en que lo habitual es la desunión, la dispersión y la violencia
del poder para vencer.
Estos son los signos contrarios a la
exigencia de la fe en Cristo.
Ø
Seamos
signo de unidad, aunque nos cueste el martirio.
Así consiguió Jesús ser Buen vino desde
Caná de Galilea.
Ø Mostremos
nuestra fe siendo testigos de unidad viviendo en
servicio del Amor, que lo engendra desde nuestra debilidad; pero
convencidos de que esta forma de vivir y de amar son el signo que Jesús
nos dio en Caná de Galilea.
“Haced lo que Él os diga”
Que la frase de María “haced lo que Él os diga”, que escuchó de Jesús “que nos va a ti y a mí”, estando ambos salvados, sean
las palabras que escuchemos hoy en nuestro interior.
Nada mejor que obedecer a Cristo para que Él transforme nuestras pobres aguas, ofrecidas, en buen
vino para todos.
F. Allara
SANTORAL DE DÍA
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