¿HEMOS ENTENDIDO EL VALOR
DE LA PENITENCIA?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 2,18-22
La cuestión del ayuno 18 En una ocasión estaban ayunando los seguidores de Juan el Bautista y los de los fariseos. Algunas personas fueron a Jesús y le preguntaron: –Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan: ¿por qué no ayunan tus discípulos? 19 Jesús les contestó: –¿Acaso pueden ayunar los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Mientras está presente el novio, no pueden ayunar. 20 Pero vendrá el momento en que se lleven al novio; entonces, cuando llegue ese día, ayunarán. 21 “Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. 22 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que revienten los odres y que se pierdan tanto el vino como los odres. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos.” |
DÍA 20 ENERO CICLO -C
Hoy, con
el deseo de tener un cuerpo precioso, o la disposición deportiva por mantenerlo,
muchos hacen grandes sacrificios;
lo cual está muy bien. Tenemos el deber de ayudarnos por conservar la
salud y el cuerpo. Nada tiene que ver esto con la necesaria disposición por mantener al mismo nivel, o superior,
la vida espiritual.
De
igual modo como el cuerpo exige ser cuidado, no solo en lo deportivo,
la vida espiritual es el
mejor “deporte” para mantener en buen estado el cuerpo humano; pues,
queramos o no, su vida depende del espíritu;
el cuerpo, solo, es materia sin vida.
Por
esto debemos entender la palabra penitencia,
no como la represión de lo natural; ¡como si comprenderlo correspondiera
sólo a los débiles, dependientes de lo que “manda la religión”!.
La penitencia es el bien que,
libremente se hace en agradecimiento a Dios
por el bien de la salud del cuerpo y del espíritu; como así se sacrifican,
libre y penitencialmente, los que sólo entienden el bien del
cuerpo y, a pesar de todo, envejece.
Como
los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le
preguntaron a Jesús:
“Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan.
¿Por qué los tuyos no?”
Es Importante preguntarnos, en el caso de entender las razones positivas
del por qué del ayuno, para qué
ayunamos o hacemos penitencia. Porque
nada tiene sentido en sí mismo; todo debe tener una razón de ser.
Del mismo modo que, podemos hacer deporte, o privarnos de algo por
bien del cuerpo, o por ganar una medalla, la penitencia es por bien del espíritu y del estado integral del ser humano, que
es uno en cuerpo, alma y espíritu.
Ø De poco les servía el cumplimiento legal del
ayuno a los fariseos. Lo cual no es
razón para decir que, por ser libres y por lo que sirve, no vale la pena tener en cuenta el ayuno y
la penitencia.
Si nos damos cuenta todo gira siempre alrededor de entender el amor.
Lo que hacemos por amor es comprendido
y lo hacemos libremente causando paz y jamás represión en el espíritu.
Siempre es la ley y el cumplimiento legal,
los que, por sí mismo, esclavizan y sirven de poco o nada al espíritu humano.
Penitencia no es la vida; los que aman su cuerpo hacen algo
más.
“¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo,
mientras el esposo está con ellos?”
El esposo en el Antiguo Testamento. y en el judaísmo es símbolo del “Esposo” y está referido a Dios; y en el Nuevo Testamento a Jesús, Esposo de la Iglesia que, a su vez, es su Cuerpo.
Con esta frase revelaba a los fariseos
que Dios estaba con ellos.
No hay nadie que, no se sacrifique por lo que ama como verdad en su corazón.
“El
vino nuevo en odres nuevos”
F. Allara
SANTORAL DE DÍA
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