lunes, 20 de enero de 2025

 PADRE SANTO, GUARDA EN TU NOMBRE

 A LOS QUE ME HAS DADO

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 17,11-19

11 “Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. 12 Cuando estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura.
13 “Ahora voy a ti; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. 14 Yo les he comunicado tu palabra; pero el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. 16 Así como yo no soy del mundo, tampoco ellos son del mundo. 17 Conságralos a ti por medio de la verdad: tu palabra es la verdad. 18 Como me enviaste a mí al mundo, así yo los envío. 19 Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad"

DÍA 21 ENERO  CICLO  -C

La primera parte de la oración de Jesús al Padre es la petición por los que han de ser iniciadores de la evangelización y fundamento de la Iglesia.

La oración de Jesús nos indica el hecho de que a todos nos recoge divididos.

·       La unidad por la que pide Jesús no es propia del mundo, ni de ninguna de las individualidades personales desde que fuimos desalojados del paraíso.

·       La unidad es fruto de la Gracia; por esto la pide Jesús al Padre.

Su oración, al Padre, comienza diciendo que guarde a los elegidos. Jesús los guardó.

“Cuando estaba con ellos, 

yo guardaba en tu Nombre a los que me diste, 

y los custodiaba”

Todos hemos sido dados a Jesús por el Padre; sobre todo los Doce.

¡Cuánto le costamos cada uno al Señor!

En el cielo veremos hasta qué punto hemos sido ganados a precio de misericordia y Sangre, desde la eterna paciencia de Dios, como dice Pedro.

Cuando Jesús hace la oración dice algo que tenemos que de meditar y agradecer.

“Ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, 

para que se cumpliera la Escritura

1.     Los llamados, guardados y custodiados por Jesús, fueron traidores y se alejaron de Él, pero es de sabios reconocer el pecado y regresar a casa.

2.    Para que pudieran cumplirse las Escrituras hubo “uno elegido; pero “ser hijo de la perdición" es cosa de libre elección. Dios nunca condena. Hoy, salir del paraíso, es cuestión de libertad.

Dios perdona todos los pecados menos a los que escogen, libremente, negar el bien del Espíritu Santo en sus vidas; revelación del máximo Amor dado.

“El mundo los ha odiado porque nos son del mundo, 

como tampoco Yo soy del mundo”

El mundo no odia las verdades, sino LA VERDAD y a quienes la viven, por ser santificados en la Verdad.

La palabra santificación no es reconocida hoy; y tampoco por todos los cristianos.

Nadie es santo por propia voluntad, sino que va en camino el que se deja llevar del Don del Espíritu Santo. ¿Cómo lo puede entender el mundo?

La diferencia es que las verdades se defienden y se mata por ellas, mientras que, LA VERDAD se custodia como un tesoro, y se acepta morir por ella.

Por esto Jesús en su oración añade:

“No ruego que los retires del mundo, 

sino que los guardes del maligno”

Santifícalos en la Verdad: TU PALABRA ES LA VERDAD.

Jesús es la visibilidad del Hijo, que es LA PALABRA DEL PADRE.

Ser en Cristo es vivir el gozo de conocer en Él LA VERDAD DE DIOS, y se entiende.

“Como Tú me enviaste, así los envío al mundo”

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Inés, virgen y mártir



HAMBRE Y SED DE TI








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