FIESTA DE DIOS EN FAVOR DE TODOS LOS PUEBLOS, RAZAS Y CULTURAS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Mateo 2,1-12La visita de los sabios de Oriente 2 1 Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios de Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, 2 y preguntaron: –¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle. 3 El rey Herodes se inquietó mucho al oir esto, y lo mismo les sucedió a todos los habitantes de Jerusalén. 4 Mandó llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. 5 Ellos le respondieron: –En Belén de Judea, porque así lo escribió el profeta: 6 ‘En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de Judá; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.’ 7 Entonces llamó Herodes en secreto a los sabios de Oriente, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Luego los envió a Belén y les dijo: –Id allá y averiguad cuanto podáis acerca de ese niño; y cuando lo encontréis, avisadme, para que yo también vaya a adorarlo. 9 Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde se hallaba el niño. 10 Al ver la estrella, los sabios se llenaron de alegría. 11 Luego entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre. Y arrodillándose, lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. 12 Después, advertidos en sueños de que no volvieran a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino" |
6 ENERO EPIFANÍA DEL SEÑOR CICLO C
Is 60,1-6
Dios
es Luz, y Cristo, Dios y Hombre verdadero, es la Sabiduría y la Luz de Dios en
el mundo.
Quien tiene al Dios revelado en Cristo tiene su medida de Luz y de
Sabiduría, que nada tienen que ver con la luz de la razón, por ser Don de Dios aceptado.
Los
textos de la Misa son elegidos para cada una de las Fiestas o domingos
ordinarios- El libro de Isaías es de varios autores y de diferentes tiempos.
Este
texto habla de una vida llena de
esplendor para los liberados del exilio de Babilonia, cuando la
realidad fue más penosa que optimista.
La
Presencia del Señor resucitado es la Luz para quien cree en Él.
Esta es la realidad desde la fe, que no supone más que el cambio desde el
espíritu humano, que halla sentido a su
vida desde esta Presencia espiritual en su alma, mientras el mundo sigue en
sus devaneos de luces y felicidades que no llenan el absurdo de una
vida sin Dios.
Ef 3,2-3.5-6
Pablo
habla del misterio secreto
que “los hombres de generaciones pasadas no habían conocido.
· El
secreto es este: Que,
desde ahora, por el Evangelio, todos
los pueblos, en Jesucristo, tienen
la misma herencia, forman parte de un mismo cuerpo y comparten la misma promesa.
Este
es el sentido de la Fiesta de la Epifanía del Señor que,
como su palabra indica es revelación de Dios a todos los Pueblos; y Pablo se considera, por elección
divina, ser apóstol de los gentiles.
Mt 2,1-12
La
Fiesta nos presenta a unos sabios, de distinta raza, que antes de Pablo son preludio de la epifanía, de la
revelación a todas las naciones. Lo cual nos revela a nosotros que es Dios quien lleva la iniciativa de la
Salvación, que nos llega entendida,
como a Pablo, como secreto de Luz para
él, al tiempo que Dios tiene previsto.
Estos
sabios habían reconocido una nueva estrella, y dejando su tierra,
como Abrahán y todos los hombres de fe, fueron conducidos desde la
revelación a su espíritu, que
“Acababa de nacer el Rey de los judíos.
"Herodes y toda la ciudad de Jerusalén se inquietaron"
Esta
es la contradicción de quien vive acomodado; su fe no espera nada, ni es
luz que ilumine su vida, sino que se inquieta ante la Verdad que
exige un cambio de vida,
Los
Maestros y sabios de Israel conocían las Escrituras y sabían que estaba
profetizado que el Mesías naciera en Belén de Judá.
Mientras
los sabios llegan a donde estaba el Niño y ven lo mismo que los pastores, “a un Niño recostado en un pesebre”,
los sabios de Israel, con Herodes, comienzan a no creer la verdad
que les es anunciada por paganos y extranjeros.
Las
cosas de Dios no van por los caminos que los sabios de cada tiempo piensan
cómo ha de ser desde la lógica de su razón; les
falta objetividad de su fe.
Lo
cual a todos nos revela que, de Dios
sólo sabe quien acepta lo que Él
le da; y que, una vez poseído, no es propiedad, sino camino para
recibir las novedades de Dios.
La
fe
no se posee; es don que hay que
agradecer y trabajar para crecer en el conocimiento de la Verdad Divina,
que siempre es bendición de Dios en
Cristo, como nos decía ayer la misma carta a los efesios.
Los
sabios encontraron lo que
buscaban: la Verdad que daba sentido a
sus vidas.
Se
volvieron por otro camino, con la Luz y la Paz que habían hallado en Dios
revelado en la pobreza del Niño
recostado en el pesebre.
Los
otros sabios y Maestros del Pueblo elegido comienzan a quedarse sin
Dios, precisamente cuando Dios llega a su casa.
Dice
S. Pablo: “Quien no tiene a Cristo,
no tiene a Dios”
Desde
entonces, Epifanía es para todos
los seres humanos que buscan la Verdad que no se la da su
razón y sentimientos, ni el mundo; mientras, los sabios y entendidos de razones y de culturas y de medios,
siendo muchos de ellos “de
los suyos” por elección y por capacidad, cierran las puertas del hogar.
“Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron”
Que
Dios nos bendiga para creer lo que Él nos ofrece, y
no nos quedemos con las luces y la materialidad de los regalos, que
enturbian la realidad de la gran Fiesta de Dios en favor de todos los Pueblos,
razas y culturas, aunque a los ojos de algunos creyentes les sigan
considerando paganos.
A
unos sabios paganos les fue
revelada la Verdad y,
a un perseguidor de los cristianos Dios
le hizo Apóstol de los gentiles.
¿Quién
es el sabio y entendido que
sabe algo de Dios?
Él
es El Señor; y nadie es maestro de nadie. Sin embargo, todos necesitamos la
garantía de nuestra propia fe y de la Verdad de Dios desde un Magisterio.
Si María, la llena de Gracia, “conservaba las
cosas en su corazón”, para meditarlas y entenderlas, ¿qué
somos tú y yo para pensar que estamos en lo cierto de la Verdad divina, cuando
su revelación es una permanente aparente contradicción para la sola
razón del creyente?
Nosotros
somos los paganos convertidos en el
nuevo Pueblo de Dios: la Iglesia.
Que Dios nos bendiga y nos dé su paz.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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