martes, 10 de diciembre de 2024

 “VENID A MÍ LOS QUE 

ESTÁIS CANSADOS”

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Isaías 40, 25-31

Salmos 102

Mateo 11, 28-30

28 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. 29 Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. 30 Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros”

DÍA 11 DICIEMBRE  CICLO  -C

¿Quién no está cansado? También los que viven momentos de gran felicidad necesitan descansar; y no digamos los que llevan herido su cuerpo o su alma.

¡Cuánto necesita de descanso, siempre, nuestro espíritu!

Lo que cansa de la vida es el vacío interior si falta la luz que le dé sentido.

El más pobre de los humanos es rico si su alma conoce la verdad del amor, aunque falte pan en su mesa y no vea camino para andar.

La falta de amor en la vida, no conocer el amor y no saber amar es el mayor fracaso de una existencia humana.

Quien no tiene amor carece de lo esencial de la vida; aunque crea que lo posee todo es el más mísero.

Jesús de Nazaret, siendo Quién era, desde su pobreza se atreve a decirnos:

“Venid a mí todos los que estáis 

cansados y agobiados”

No tenía dónde reclinar la cabeza, pero su vida era, toda ella, revelación de verdad, fidelidad y amor sin acepción de personas.

Su presencia era seguida por los que carecían de todo.

Llegó a decir que tenía compasión de la gente que le seguía llevando tres días sin comer”

Esto quiere decir que, cuando en la vida hallamos a un ser humano que nos cautiva por su verdad y su amor, su pobreza es pan que alimenta y enriquece, porque lo que verdaderamente necesitamos en la vida son presencias que llenen nuestro espíritu con su verdad de amor.

Si la experiencia de los mejores hombres de fe han podido decir que “Dios es Amor”, no ha sido por elevar su mente hasta lo imaginado, sino por haber vivido la experiencia de la cercanía de Jesús, pan de amor y de perdón.

Vivir es conocer el yugo que supone estar subidos al tren que nos lleva

Jesús nos promete un yugo llevadero; es el amigo fiel que lleva sobre sí mismo nuestras cargas. Lo sabemos si acudimos a Él con fe.

No pienses nunca que te falta fe. Sólo Dios conoce nuestro interior.

Jesús es el que pasa; como lo vieron pasar Felipe y Andrés, y lo siguieron.

A la pregunta “¿dónde vives?”, Jesús les respondió venid y lo veréis”

No te invito a ir, sino a que abras tu casa y entres; verás a Jesús esperándote en la mesa de tu “hogar”.

No te preocupes cómo está tu casa; Jesús mira tu alma y se alegra al ver que lo aceptas en tu mesa; su alegría es consolarte amándote.

Su vida está abierta a todos.

Siendo Dios ha querido revestir su divinidad de humanidad para que todos podamos experimentar su presencia o acudir a Él desde nuestras heridas de cuerpo o de alma.

Jesús sigue llamado a cada puerta, como pobre que desea una mesa para compartir el pan y llenar el hogar” de alivio y de paz, y para decirnos:

“Aprended de mí, que soy manso 

y humilde de corazón”

Es el camino de la felicidad y de ayudar al prójimo a ser feliz.

F. Allara

SANATORAL DEL DÍA

s. Dámaso I, papa


Hoy necesitamos dar sentido a nuestra vida.

Buscamos espacios y recursos que nos den paz.

Conocer a Jesús y dejarle entrar en la propia casa, 

en nuestro interior, para dialogar con Él, es una oportunidad 

para encontrarnos con nosotros mismos

y acoger el consuelo y la paz que necesitamos. 

Él nos la quiere dar.

Este es un buen libro para estos días, 

de Adviento y Navidad, leer y  regalar. 

(Clic aquí o en la Imagen)


VENID A MÍ...






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