“EL QUE TENGA OÍDOS
QUE ESCUCHE”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 41, 13-20
Salmos 144
Mateo 11,11-15
DÍA 12 DICIEMBRE CICLO -C
Tenemos
oídos, y son para escuchar; aunque no todo se escucha por los oídos.
El
espíritu humano es el que escucha
por medio de los sentidos del cuerpo y las potencias del alma.
No escuchamos bien cuando
sólo atendemos, a lo que se oye, desde una
parte del ser humano, sea el cuerpo o el alma.
Somos
un todo en unidad, que libremente nosotros podemos dividir.
El
problema de Dios en nuestra vida no queda resuelto por
aceptar su existencia o negarla.
La
respuesta a Moisés fue: “Soy el que Soy”.
Muchas
veces nos ha repetido: “No hay Dios fuera de Mí”.
El Ser
de Dios no depende de lo que nosotros decidimos.
Después
de cada decisión personal Dios
permanece y, como dice S.
Agustín, el ser humano no
descansa hasta que se encuentra con Él,
que es el
que decide cuándo y cómo; respeta nuestra libertad y cada uno en nuestros
tiempos.
“Desde siempre se ha hecho violencia
contra el reino de Dios”
Vivimos
la experiencia de la lucha por el poder de las Ideologías y de las Religiones; sin
embargo ante el Amor, que conocemos,
nos hacemos violencia en nuestro
interior y no discernimos lo
que es propio y la razón de ser de la fe, que nace cuando Dios, en
Cristo Jesús, se planta ante nosotros.
La fe nos presenta a Dios frente a
nuestra vida.
La
fe es el Don que Dios nos ofrece al presentarnos la Vida real e histórica de Jesús de Nazaret,
que hace presente el
Reino de Dios en nuestro
mundo.
La
Historia del Amor trinitario tenemos que verla y creerla trascendiendo nuestra
propia Historia humana.
“Os aseguro que no ha nacido de mujer
uno más grande que Juan
Bautista”
Desde
la “plenitud de los tiempos” la Historia de salvación es muy concreta en
personas y hechos históricos. Fe es
responder a este “nuevo decir” y manifestación de Dios.
Lo
que sabemos de Juan Bautista es que nació de padres ancianos, con una vida de
soledad, de pobreza, de fidelidad a Dios,
desde la Ley de Moisés, y a la misión a
la que fue llamado y supo escuchar. No disfrutó de Jesús, y su vida terminó
de forma trágica.
“Aunque el más pequeño en el Reino de los cielos
es más grande
que él”
Quien
acepta libremente el
hecho de Jesús de Nazaret, Dios
y Hombre verdadero, vive
en el sí del Reino de Dios.
Y
dentro de él, el más pobre de los
creyentes y el más humilde en condición humana es, por su fe, más grande que los Profetas, de los
cuales Juan Bautista fue el último.
¡Qué
sublime es Dios dándonos a conocer y a poder vivir su Amor!
Por
esto nos dice: “El
que tenga oídos que escuche”
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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