“·…VA A BUSCAR LA DESCARRIADA”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 40 25-31
Salmos 95 |
12 “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las otras noventa y nueve en el monte e irá a buscar la extraviada? 13 Y si logra encontrarla, os aseguro que se alegrará más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. 14 Del mismo modo, vuestro Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños"
DÍA 10 DICIEMBRE CLICLO -C
¡Con
que sencillez hablaba Jesús a las gentes que acudían a escucharle!
Lo
extraño es que esto lo decimos ahora, mientras nos complicamos
la vida, desde sus mismos dichos y hechos que afirmamos su claridad.
Ayer
las
gentes lo seguían; hoy abunda la indiferencia
a su Palabra.
La
aprobación de Jesús como hombre es buena, pero si recortamos, no
afirmamos, que es Dios nos alejamos de sus verdaderas enseñanzas.
No
apoyemos nuestra creencia alejándonos de la Iglesia.
Recordemos
que todos los bautizados somos
Iglesia por ser miembros del
Cuerpo de Cristo, con todos los derechos y responsabilidades.
Exigimos,
haciendo juicio, que los demás sean como pensamos “que deben ser los creyentes en Cristo” y no reflexionamos cómo actuamos y somos nosotros.
No
es lógico decir que:
·
“Se
nos bautizó sin consentimiento” para justificar la falta de responsabilidad
en el discernimiento del propio bautismo,
·
Ni
es de razón “ser indiferentes al bautismo” sin tener conocimiento de lo que poseemos gratuitamente y
lo que significa de valor para
nuestra dignidad.
Una
familia es lo que es por la realidad de
todos sus miembros; es injustificable el juicio de unos
sobre otros; como también considerarse excluidos. Así puede ocurrir en la Iglesia.
Ante
la realidad generalizada que vivimos, y “no damos la medida de
respuesta razonable” en la trascendencia de nuestra vida en el mundo actual, es bueno que meditemos el texto de hoy.
“¿Qué os parece?
Si un hombre tiene cien ovejas; si una
se le pierde, a ¿no deja las noventa y nueve y se va en busca de la perdida?
El
ejemplo servía para aquellas gentes; nosotros nos tenemos que preguntar, antes de responder, si amamos a las personas
y a las criaturas, para apreciar su valor y sentir dolor si llega el
momento de perderlas.
Debemos
apreciar y amar lo más sagrado de la vida, nuestra
dignidad personal y la del prójimo para que, la claridad de los argumentos nos sirva para reflexionar
ante la realidad de nuestra vida y nuestro mundo.
Dejamos
todo, solamente,
en la medida en que valoramos lo que
perdemos.
“Y si la
encuentra, os aseguró que se alegra más por ella que por las noventa y nueve
que no se habían extraviado”
No
es que no se valore, sino que se considera custodiado con amor.
Alegrémonos
de lo que “tenemos”
de vida y de amor del Dios
fiel, y de las personas “no perdidas por su fidelidad” a
pesar de nuestras debilidades.
Cuando
Dios no es valorado, no se deja nada por no considerarlo pérdida.
Si
no amamos a las personas, nada dejaremos por hallarlas; no mediremos lo que
supone la “indiferencia de perderlas”.
¿Estamos
seguros de ser de las 99, o ni esto?
Seamos
humildes; pensemos en Dios que nos dice que, hay más alegría por una conversión que
por todos los que le creen y le aman.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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