“¿QUÉ ESTÁIS PENSANDO
EN VUESTROS CORAZONES?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 35,1-10 |
Salmos 34 |
Lucas 5,17-26Jesús sana a un paralítico 17 Un día estaba Jesús enseñando, y se habían sentado por allí algunos fariseos y maestros de la ley venidos de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. El poder de Dios se manifestaba en Jesús cuando curaba a los enfermos. 18 En esto llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Querían meterlo en la casa y ponerlo delante de Jesús, 19 pero no encontraban por dónde entrar porque había mucha gente; así que subieron al techo, y haciendo un hueco entre las tejas bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús. 20 Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: –Amigo, tus pecados quedan perdonados. 21 Entonces los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este, que se atreve a decir palabras ofensivas contra Dios? Tan sólo Dios puede perdonar pecados.” 22 Pero Jesús, dándose cuenta de lo que estaban pensando, les preguntó: –¿Por qué pensáis así? 23 ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados quedan perdonados’ o decir: ‘Levántate y anda’? 24 Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados. Entonces dijo al paralítico: –A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 25 Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. 26 Todos se quedaron asombrados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron: –Hoy hemos visto cosas maravillosas" |
DÍA 9 DICIEMBRE CICLO -C
Leer el Evangelio es aceptar vivir en presente su Palabra y sus hechos.
El
Evangelio es la Vida de Cristo resucitado. La sola razón no
lo entiende.
Jesús
enseñaba a los que le escuchaban.
¿Qué
hacían los fariseos y maestros de la Ley
allí sentados, mientras Jesús realizaba
curaciones?
¿Qué
pueblos tienen a sus dioses tan cercanos?
Creer
en Dios es aceptar que somos un Pueblo, que tiene a Dios en
su propio hogar. Puede que algunos imaginen si
esto es verdad.
Alguna
vez he dicho que, las cosas propias de la
fe las acepta nuestro entendimiento porque las entiende, aunque ninguna es imaginable.
Los
fariseos y los maestros “imaginaron quién
no era Jesús”; no lo reconocían como el Mesías; ayer y hoy es el entendimiento
y no la imaginación el que puede ver “Quién era”.
“Llegaron
unos hombres llevando a un hombre paralítico”.
Tú
y yo lo estamos viendo ahora. De momento nos sorprende el hecho.
Jesús,
viendo la fe de estos hombres, dijo:
“Hombre, tus pecados
están perdonados”
Nuestra
sorpresa es mayor. Jesús no lo ha curado
y perdona sus pecados.
· Al hombre moderno no le impresiona la
palabra “pecado” ni lo que pensaron los fariseos y
maestros: “¿Quién es este que dice blasfemias?”.
· Tampoco
interesa a muchos creyentes saber que, “sólo Dios
perdona los pecados”.
La
indiferencia crea un estado de
justificación de la propia vida.
¿Por
qué no lo curaba, si para esto habían llevado al paralítico ante Él?
Para
Jesús es más importante limpiar el alma
que curar el cuerpo.
Poco
pensamos los creyentes que para Dios es más fácil decir al paralitico o a
cualquiera: “levántate y anda” que perdonarnos.
El
gesto del perdón pasa por haber aceptado
Jesús la Cruz dando a entender que, sólo
el Amor sabe perdonar y reconciliar a amigos y a enemigos.
Es
perder el tiempo preguntarse por qué ha sido así; es la forma
sutil y engañosa de no aceptar los
hechos e interrogarse a partir de
ellos.
¿De
verdad nos preocupa la eternidad relacionada con la inmortalidad?
Puede
que nos cueste entender el significado
cuando Jesús dice:
“A ti te lo digo, ponte
en pie, toma tu “camilla” y vete a tu casa.
¿No
estamos demasiadas veces sentados mientras
Jesús cura y enseña?
Ponernos
en pie
ante Jesús es signo de educación y
también de humildad.
Difícil
aceptar la “camilla” donde nos
acostumbramos a no andar.
“¿Qué estáis pensando en
vuestros corazones?”
Jesús
conoce nuestros pensamientos; sabe lo que nuestro
corazón piensa de Él, lo que cree, lo que duda, lo que le es indiferente, lo
que le sustituye.
El
paralítico tomó su “camilla” y se marchó
a casa dando gloria a Dios; curado y perdonado por la fe de los “camilleros” y la suya.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario