domingo, 8 de diciembre de 2024

 “¿QUÉ ESTÁIS PENSANDO 

EN VUESTROS CORAZONES?

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Isaías 35,1-10

Salmos 34

Lucas 5,17-26

Jesús sana a un paralítico
(Mt 9.1-8; Mc 2.1-12)

17 Un día estaba Jesús enseñando, y se habían sentado por allí algunos fariseos y maestros de la ley venidos de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. El poder de Dios se manifestaba en Jesús cuando curaba a los enfermos. 18 En esto llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a un paralítico. Querían meterlo en la casa y ponerlo delante de Jesús, 19 pero no encontraban por dónde entrar porque había mucha gente; así que subieron al techo, y haciendo un hueco entre las tejas bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús. 20 Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo:
–Amigo, tus pecados quedan perdonados.
21 Entonces los maestros de la ley y los fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este, que se atreve a decir palabras ofensivas contra Dios? Tan sólo Dios puede perdonar pecados.”
22 Pero Jesús, dándose cuenta de lo que estaban pensando, les preguntó:
–¿Por qué pensáis así? 23 ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados quedan perdonados’ o decir: ‘Levántate y anda’? 24 Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados.
Entonces dijo al paralítico:
–A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
25 Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. 26 Todos se quedaron asombrados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron:
–Hoy hemos visto cosas maravillosas"

DÍA 9 DICIEMBRE  CICLO  -C

Leer el Evangelio es aceptar vivir en presente su Palabra y sus hechos.

El Evangelio es la Vida de Cristo resucitado. La sola razón no lo entiende.

Jesús enseñaba a los que le escuchaban.

¿Qué hacían los fariseos y maestros de la Ley allí sentados, mientras Jesús realizaba curaciones?

¿Qué pueblos tienen a sus dioses tan cercanos?

Creer en Dios es aceptar que somos un Pueblo, que tiene a Dios en su propio hogar. Puede que algunos imaginen si esto es verdad.

Alguna vez he dicho que, las cosas propias de la fe las acepta nuestro entendimiento porque las entiende, aunque ninguna es imaginable.  

Los fariseos y los maestros “imaginaron quién no era Jesús”; no lo reconocían como el Mesías; ayer y hoy es el entendimiento y no la imaginación el que puede verQuién era”.

“Llegaron unos hombres llevando a un hombre paralítico”.

Tú y yo lo estamos viendo ahora. De momento nos sorprende el hecho.

Jesús, viendo la fe de estos hombres, dijo:

“Hombre, tus pecados están perdonados”

Nuestra sorpresa es mayor. Jesús no lo ha curado y perdona sus pecados.

·       Al hombre moderno no le impresiona la palabra “pecado” ni lo que pensaron los fariseos y maestros: “¿Quién es este que dice blasfemias?”.

·       Tampoco interesa a muchos creyentes saber que, “sólo Dios perdona los pecados”.

La indiferencia crea un estado de justificación de la propia vida.

¿Por qué no lo curaba, si para esto habían llevado al paralítico ante Él?

Para Jesús es más importante limpiar el alma que curar el cuerpo.

Poco pensamos los creyentes que para Dios es más fácil decir al paralitico o a cualquiera: “levántate y anda” que perdonarnos.

El gesto del perdón pasa por haber aceptado Jesús la Cruz dando a entender que, sólo el Amor sabe perdonar y reconciliar a amigos y a enemigos.

Es perder el tiempo preguntarse por qué ha sido así; es  la  forma sutil y engañosa de no aceptar los hechos e interrogarse a partir de ellos.

¿De verdad nos preocupa la eternidad relacionada con la inmortalidad?

Puede que nos cueste entender el significado cuando Jesús  dice:

“A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu “camilla” y vete a tu casa.

¿No estamos demasiadas veces sentados mientras Jesús cura y enseña?

Ponernos en pie ante Jesús es signo de educación y también de humildad.

Difícil aceptar la “camilla” donde nos acostumbramos a no andar.

“¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?”

Jesús conoce nuestros pensamientos; sabe lo que nuestro corazón piensa de Él, lo que cree, lo que duda, lo que le es indiferente, lo que le sustituye.

El paralítico tomó su “camilla” y se marchó a casa dando gloria a Dios; curado y perdonado por la fe de los “camilleros” y la suya.              

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Juan Diego Cuauhtlatoatzin



EXTIENDE TU MANO, SEÑOR...






No hay comentarios: