"ELÍAS YA HA VENIDO,
Y NO LO RECONOCIERON"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Eclesiástico 48,1-4.9-11 |
Salmos 79 |
DÍA 14 DICIEMBRE CICLO -C
“Somos como la hierba que florece
por la mañana y por la tarde
se seca”
La
hierba, como otra cualquiera de las criaturas, no tiene conciencia de que
existe, mientras que el ser humano
la debe tener, no solo de existir, sino de que su existencia tiene sentido cuando la transforma en vida.
No
es vida cuando ésta se conforma en ser la propia existencia.
¿De
dónde procede nuestra singularidad personal?
La
experiencia nos dice que somos una masa dirigida; y es así cuando
pensamos que, con vivir nuestra vida subjetivamente ya somos seres
singulares.
Queramos
o no formamos parte de una sociedad
concreta y sobre todo de la Humanidad; lo cual nos
responsabiliza a ser singulares
dentro de ellas.
La
vida nos exige optar por lo que haga posible que, se
realice en nosotros la verdad de sentirnos parte de la totalidad, con la
libertad de conciencia de no caer en lo
que, la totalidad o el totalitarismo hacen de nuestra vida única.
Si
no hay en nosotros clarividencia del bien y del mal, independiente
de las Ideologías del presente que pueden llegar a confundir y a legalizar el
mal como bien, también nosotros podemos
llegar a la misma confusión tornando nuestra vida en una existencia de
masas, y de partidos, con errónea conciencia de singularidad.
No
es la religiosidad la que nos libera de partidismo, sino la fe, que nos permite conocer la diferencia que hay entre:
·
Vivir
una fe en dioses que no conocemos, aunque
“los pensemos identificados” con el Dios único,
·
Y
dar respuesta al Dios revelado,
al que conocemos si disponemos nuestro ser a querer conocerle.
La fe es respuesta al Don de “saber de Dios”
como Fuente,
donde bebemos desde la sed que solo Él ha puesto en nuestro ser personal.
“¿Por qué dicen los escribas que
primero tiene que venir Elías?”
Si
no admitimos a Dios,
realmente trascendiendo nuestra
Historia, siempre hablaremos de dioses
desconocidos, sin saber de Elías ni de Juan Bautista.
“Os digo que Elías ya ha venido,
y no
lo reconocieron”
No
solo ha venido Elías, sino el mismo Dios
en la Humanidad de Jesús de Nazaret.
La
Vida de este Hombre, Dios, no lo
podemos conocer desde el sentido común ni desde la buena voluntad de un subjetivismo
religioso, que acepta lo que puede ser de razón y elimina lo que exige la
fe en Él.
Dios
ha venido y permanece entre nosotros, aunque lo crucificaron
y lo vieron muerto; como acostumbramos a contemplarlo nosotros en la cruz;
pero Dios no ha muerto.
Su
Cuerpo vivo, presente, somos los bautizados; en lo que
conocemos o desconocemos como Comunidad
eclesial, de la que Cristo es la
Cabeza.
A Juan Bautista lo trataron a su
antojo. También el Hijo del Hombre va a padecer en sus manos.
¿No sigue siendo tratado a nuestro antojo?
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Juan de la Cruz, sacerdote y
doctor de la Iglesia,
carmelita descalzo
1º Romance sobre el Evangelio "In principio erat Verbum",acerca de la Santísima Trinidad.
1. En el principio moraba
el Verbo, y en Dios vivía,
en quien su felicidad
infinita poseía.
5. El mismo Verbo Dios era,
que el principio se decía;
él moraba en el principio,
y principio no tenía.
10. El era el mismo principio;
por eso de él carecía.
El Verbo se llama Hijo,
que del principio nacía;
hale siempre concebido
y siempre le concebía;
15. dale siempre su sustancia,
y siempre se la tenía.
Y así la gloria del Hijo
es la que en el Padre había
y toda su gloria el Padre
20. en el Hijo poseía.
Como amado en el amante
uno en otro residía,
y aquese amor que los une
en lo mismo convenía
25. con el uno y con el otro
en igualdad y valía.
Tres Personas y un amado
entre todos tres había,
y un amor en todas ellas
30. y un amante las hacía,
y el amante es el amado
en que cada cual vivía;
que el ser que los tres poseen
cada cual le poseía,
35. y cada cual de ellos ama
a la que este ser tenía.
Este ser es cada una,
y éste solo las unía
en un inefable nudo
40. que decir no se sabía;
por lo cual era infinito
el amor que las unía,
porque un solo amor tres tienen
que su esencia se decía;
45. que el amor cuanto más uno,
tanto más amor hacía.
S. Juan de la Cruz
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