jueves, 28 de noviembre de 2024

“VENID EN POS DE MÍ”

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Romanos 10,9-18

Salmo 18

Mateo 4,18-22

Jesús llama a cuatro pescadores
(Mc 1.16-20; Lc 5.1-11)
18 Jesús paseaba por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. 19 Jesús les dijo:
–Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.
20 Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
21 Un poco más adelante vio Jesús a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca reparando las redes. Jesús los llamó, 22 y al punto, dejando ellos la barca y a su padre, le siguieron"

DÍA 30 NOVIEMBRE   CICLO  B

 Estos días Jesús nos ha recordado, con palabras apocalípticas, que ha de volver y que estemos preparados porque nuestra vida es “como la hierba, que por la mañana florece y por la noche se seca”.

Hoy, como un día de paz y de calma, con el texto que nos narra la llamada de los primeros Apóstoles, Jesús nos invita a todos a seguirle.

¡Muchos son quienes nos piden seguir sus ideas o su manera de concebir la religión!

¿Hacia dónde nos conducen?

Entre nosotros, aun con todo el amor, nos podemos acompañar sólo hasta la muerte, que no es el final de los tiempos, sino nuestro propio final temporal; y luego ¿qué?

Pedro, en otro pasaje del Evangelio, ante la pregunta de Jesús si querían irse ellos también, responde: “¿Dónde vamos a ir? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”.

Sólo Dios es eterno y sólo Él nos puede ofrecer una vida inmortal.

Él, en la Persona del Hijo anonadado en la Humanidad de Jesús, ha venido a mostrar su existencia; y sólo Él es quien puede hablar de resurrección y de vida eterna por ser el primogénito que ha resucitado de entre los muertos.

¿Por qué la Iglesia nos pone la llamada de los primeros discípulos el último día del Año litúrgico?

·       Para que creamos por qué y para qué llamó a sus discípulos.

·       Para que dejemos de mirar al cielo.

Dios ha descendido a la tierra para que, nosotros seamos testigos de la fe en su Verdad, y de la esperanza de la inmortalidad de nuestras vidas en la unidad de cuerpo y alma.

 ·   Para que, desde la fe y la esperanza, todos los creyentes nos sintamos llamados a hacer de este mundo un hogar donde se pueda vivir en paz, desde la práctica en verdad del mandamiento del amor.

La fe es la que nos compromete a transformar el mundo desde Dios, que no nos ha dejado huérfanos, sino que nos ha dado el Espíritu Santo con el que podemos decir: “Abba”, Padre, a Dios como verdaderos hijos.

Dios omnipotente se ha dirigido siempre al hombre, por mediación humana, hasta la “plenitud de los tiempos” en que, Él mismo nos ha visitado como verdadero Dios y Hombre.

Sus discípulos ayer y nosotros hoy somos los llamados a vivir el Reino de Dios en medio del mundo para que, quien escuche y se asombre del Amor crea en el enviado.

 Fe es la responsabilidad de conocer a quien creemos y de dar la vida por el prójimo, a semejanza de Jesús que fue fiel al Amor del Padre por nosotros.

Fe es vivir experiencia de libertad y felicidad en el aquí de nuestro tiempo.

Jesús no es un mito ni la fe olvido del mundo.

Dios crucificado en Cristo es digno de algo más de lo que cada uno pueda pensar de Él.             

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Andrés, apóstol



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