ESCUCHAR Y ATENDER ES
CRECER DESDE LA EXPERIENCIA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Salmos 83 |
Lucas 21,29-33
29 También les propuso Jesús esta comparación: “Mirad la higuera, o cualquier otro árbol: 30 cuando veis que ya brotan sus hojas, comprendéis que el verano está cerca. 31 De la misma manera, cuando veáis que suceden esas cosas, sabed que el reino de Dios ya está cerca. 32 “Os aseguro que todo ello sucederá antes que haya muerto la gente de este tiempo. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" |
DÍA 29 NOVIEMBRE CICLO -B
La
vida es una sucesión de actos que repetimos constantemente; a pesar de esto, ¡qué difícil es aprender de lo cotidiano!
Repetir
lo mismo sin la debida atención, o acostumbrarnos a lo que
vemos habitualmente, incapacita para leer lo nuevo de lo que realizamos
y vivimos usualmente.
Lo
cual impide crecer desde la realidad de
la vida, y es causa de rutina, de
cansancio y de minusvalorar lo más
importante que tenemos y amamos.
¿Por
qué nos causa admiración una flor, una estrella, un amanecer, o el detalle de
una persona?
Sencillamente
porque hemos prestado atención a
este momento presente.
La
misma flor de cada día, la estrella de cada noche, el amanecer de cada mañana,
o la persona con quien convivimos…
¿Por qué pueden dejar de causar admiración?
No
estamos habituados a creer que todo, cada
día, incluso en cada presente se
manifiesta como nueva realidad.
La responsabilidad
o culpa de no leer y conocer lo nuevo no es de lo que está fuera de nosotros, sino de que, no tenemos o nos falta actitud de escucha y de
atención.
Las
cosas materiales son lo que son. Entre humanos la falta de atención
va creando alejamiento, con deseos de novedades
que no se advierten por el cansancio o la rutina como actitudes de nuestro interior.
La
propia actitud negativa es la que impide
ver la belleza de la amistad o del amor en la realidad
habitual, aunque todo se exprese como nuevo.
Jesús
pasó por la vida enseñando desde lo
que contemplaba como nuevo y real en cada
momento de las personas y de las criaturas que veía al pasar.
“Fijaos en la higuera o
en cualquier árbol”
Lo
dijo, nada menos, para expresar que el Reino de Dios estaba cerca.
¡Cuántas personas pasan por nuestra vida!, y sobre todo las que convivimos por amor desde cada opción concreta.
La presencia del Reino de Dios es:
· La que hemos de ver en
la novedad advertida de cada persona,
que
pasa cerca de nosotros expresando paz o dolor, su sonrisa o sus lágrimas.
· Advertir en la novedad de las personas, con las que formamos un hogar, el medio por el que reconocemos la gratuidad del Amor divino.
Si no sabemos ver a Dios en cada persona y en cada criatura, ¿cómo podemos decir que creemos y le conocemos?
Si no sabemos valorar y amar a quien tenemos a nuestro lado, ¿cómo poder reconocer a Dios en nuestro presente? Dios es real, pero se identifica en el prójimo.
Se
educa a desear experiencias inmediatas extraordinarias, cuando la felicidad se encuentra y se ofrece en
detalles sencillos, que sólo los
valoran las personas que saben escuchar y
atender.
Jesús
fue admirado por vivir como Dios humilde
y sencillamente.
F.
Allara
Un libro que podemos leer y orar
en este tiempo próximo de Adviento y Navidad.
Además podemos compartir nuestra experiencia
con las personas que nos relacionamos,
creyentes o no creyentes, cercanos y amados de Dios.
(Clic en la imagen para ver la edición)
SANTORAL DEL DÍA
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