DIOS MISERICORDIOSO ES JUSTO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Apocalipsis 18,1-2.21-23
Salmos 99
Lucas 21,20-2820 “Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que pronto será destruida. 21 Entonces los que estén en Judea, que huyan a las montañas; los que estén en Jerusalén, que salgan de la ciudad; y los que estén en el campo, que no regresen a ella. 22 Porque serán días de castigo en los que se cumplirá cuanto dicen las Escrituras. 23 ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho!, porque habrá mucho dolor en el país y un castigo terrible contra este pueblo. 24 A unos los matarán a filo de espada, a otros los llevarán prisioneros por todas las naciones, y los paganos pisotearán Jerusalén hasta que se cumpla el tiempo que les ha sido señalado. El regreso del Hijo del hombre 25 “Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán confusas y angustiadas por el ruido terrible del mar y de las olas. 26 La gente se desmayará de espanto pensando en lo que ha de sucederle al mundo, pues hasta las fuerzas celestiales se tambalearán. 27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, animaos y levantad la cabeza, porque muy pronto seréis liberados.” |
DÍA 28 NOVIEMBRE CICLO -B
Ayer comentamos el principio de igualdad como base para la convivencia en paz de la Humanidad, paz que equivale a la práctica de la justicia como fundamento de verdad del amor al que se nos llama a vivir.
No
son solo conceptos morales, sino un entrelazado desde donde la falta de uno
rompe el eslabón de la cadena de la unidad que conforman todas las virtudes.
Ser
justos con el prójimo es tanto como “ama como tú te amas”
La
virtud de la justicia ayuda a vivir el principio de igualdad y a experimentar
la paz;
y la medida de la injusticia crea la desigualdad y sacrifica toda experiencia
de paz.
¡Qué
fácilmente se afirma que Dios es misericordioso!
Toda
afirmación de Dios
-como cuanto significa su desaprobación- nos
exige la experiencia de las razones positivas o negativas que decimos de Él
De
Dios hay que unir su Misericordia a la Justicia revelada en su Hijo muerto
crucificado;
modo de asumir la culpa de todos los
errores y de falta de amor de la Humanidad, que religiosamente decimos “pecados”.
No
hay ninguna justicia en el mundo que
asuma la culpa del malhechor.
¡Única
es la fe en Dios para poder aceptar
lo que ha hecho por salvarnos!
No
nos asusten las palabras del final del año litúrgico hablándonos de “la venida del
Hijo en Gloria”, entremezcladas con las que hablaron de la
destrucción de Jerusalén. Historia de salvación, realidad, y profecía.
S.
Leonardo de Porto Maurizio, que celebra hoy la Orden franciscana,
dice:
“La causa de todos nuestros males se halla en
la ausencia de meditación y reflexión: de aquí se origina todo desorden moral…, se descuida el cumplimiento del deber
y no se ponen los medios suficientes para alejar los continuos peligros que nos
acechan durante nuestra existencia”
Dios
en Cristo Jesús ha hecho Justicia pagando
con su Vida por nosotros.
Lógico
es que, ante este juicio de misericordia
de su Hijo, nos pida cuentas el Dios de
eterna Misericordia.
Cristo,
su Hijo, que asumió la Naturaleza humana, es
el primer prójimo a quien
tenemos que amar,
además de hacer bien “amando a todos” como Él nos dice.
Que
el Padre nos pregunte: ¿Qué has hecho de
mi Hijo?
No
indica falta de Misericordia, sino la advertencia
en nuestro tiempo:
· Cuando se apague el sol y la luna deje de alumbrar y las
estrellas caigan sobre nosotros,
porque
esto es morir.
· Veamos desaparecer lo
que nos admira y nos permite vivir gratuitamente, y
· Pasemos a la Realidad de la Luz para reconocer la Bondad y la Misericordia de Dios frente a la nuestra
vida.
Quien
procura el bien, el amor y la práctica del perdón, no le asusta esperar ver venir al Hijo del hombre en poder y gran
majestad.
F.
Allara
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