CRISTO ESTABLECIÓ LA PAZ,
LA QUE EL HOMBRE NO QUIERE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Apocalipsis 15,1-4
Salmos 97
Lucas 21, 12-1912 “Pero antes de eso os echarán mano y os perseguirán: os llevarán a juicio en las sinagogas, os meterán en la cárcel y os conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía. 13 Así tendréis oportunidad de dar testimonio de mí. 14 Haceos el propósito de no preparar de antemano vuestra defensa, 15 porque yo os daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros en nada. 16 Pero seréis traicionados incluso por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de vosotros 17 y todo el mundo os odiará por causa mía, 18 pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza. 19 ¡Permaneced firmes y salvaréis vuestra vida!" |
DÍA 27 NOVIEMBRE CICLO -B
Comprobamos que, desde la antigua forma de pensar, la fuerza lógica de la razón y del corazón, y la voluntad de desear el verdadero crecimiento humano, es cómo el hombre llegó a la necesidad de un “principio increado” y “uno”; al convencimiento de que la virtud y “la justicia” era el camino de la Humanidad para una posible convivencia humana en paz.
Hoy
se aleja al hombre del conocimiento de la
filosofía clásica, fundamento del pensar humano; se inclina por la filosofía
humanista oriental, que orienta a vencerse a sí mismo con la voluntad
sin necesitar a Dios.
Dios
nos revela al ser humano “uno”,
en la diferencia de mujer-hombre, como
signo de igualdad y de dignidad de todos los seres humanos; desde las
primeras páginas de la Escritura.
El
alma inmortal,
creada por Dios para cada uno, es el
fundamento de la dignidad y la
igualdad. Principio esencial que no
acepta el hombre.
Por
este derecho,
“universal e inviolable”, Cristo
estableció la Paz.
El
desprecio de este principio es la causa que provoca la lucha
del hombre contra el hombre; y la injusticia de condenar a quienes se desviven por la justicia revelándose contrarios al poder y, a los que desean la paz con criterios ideológicos o religiosos “de
partido”.
Desde
esta forma de pensar nunca será la “paz
verdadera”, la cual no mira raza, cultura ni religión.
“Os perseguirán… por causa de
mi Nombre”
La
contradicción humana es desear la paz y condenar a los que practican la justicia. Quien
es testigo de ella entra en el terreno privado de los que no consienten que se destruya su manera de entender la paz.
En el Nombre de Jesús están todos los que se desviven por la paz
y la justicia.
No están contra Jesús cuantos trabajan
por el milagro de la paz esté
donde esté su vida y su creencia.
Jesús
dijo a sus discípulos: “Quién practica el Bien
está conmigo”
“Haced propósito de no
preparar vuestra defensa”
Es
lo que marca la diferencia de los que confían su causa sólo en Jesús.
Jesús
hablaba a las gentes de su tiempo, y así ocurrió y sigue pasando también hoy
por seguir sus huellas.
No hay verdadero amor compartido en los hogares, y
en la sociedad, por la indiferencia, la
increencia y la negación de su Mensaje y de su Vida divina.
El
hogar es más que una comunidad educada
que se respeta.
Hay
maneras sutiles que alejan de vivir en comunión. El amor es objetivo.
“Vuestros padres y parientes, y hermanos,
y amigos os traicionarán...
con vuestra perseverancia
os salvaréis”
Así
le pasó a Jesús. ¡El Amor es el camino de la justicia y de la paz!
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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