FINAL DE AÑO LITÚRGICO NO ES
EL FIN INMINENTE DEL MUNDO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Apocalipsis 14,14-19 |
Lucas 21, 5-11Jesús anuncia la destrucción del templo 5 Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas que lo adornaban. Jesús dijo: 6 –Vienen días en que de todo esto que estáis viendo no quedará piedra sobre piedra. ¡Todo será destruido! Señales antes del fin 7 Preguntaron a Jesús: –Maestro, ¿Cuándo ocurrirán esas cosas? ¿Cuál será la señal de que ya están a punto de suceder? 8 Jesús contestó: “Tened cuidado y no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘Ahora es el momento’, pero no los sigáis. 9 Y cuando oigáis alarmas de guerras y revoluciones no os asustéis, pues aunque todo eso tiene que ocurrir primero, aún no habrá llegado el fin.” 10 Siguió diciéndoles: “Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; 11 en diferentes lugares habrá grandes terremotos, hambres y enfermedades, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales" |
DÍA 26 NOVIEMBRE CICLO -B
Hoy, tal vez, se valoran más las piedras que a las personas.
Visitamos
los edificios y nos admiramos de su belleza, como también del poder del ser
humano en construirlos; nos puede ocurrir que, no advirtamos al pobre que pide limosna en la puerta.
Pedro
curó al lisiado antes de entrar en el templo.
De
lo que vemos, nos dice Jesús, que no
quedará piedra sobre piedra.
Hay
que destruir para transformar.
· Desde la fe, Cristo resucitado ha destruido al hombre viejo, y al mismo mundo, recreando un hombre nuevo y, un mundo que gime con dolores de parto porque vive, sometido a la vida
del ser humano, “en su todavía no”.
· Desde la fe, a
pesar del trágico acontecer de la realidad de la Humanidad, escuchamos las palabras de Jesús:
“No tengáis pánico, porque todo eso tiene que ocurrir,
pero el final no viene
enseguida”
Tan
incierto para la vida es no creer nada, de
lo que se dice en relación al futuro de este mundo, como vivir inseguros dejando
que todo deje huella.
Para
los creyentes el mundo no es eterno.
Lo
que nos ha de preocupar es nuestro
final temporal.
Para
quienes el mundo tiene razón de ser por
sí mismo, tampoco les debe preocupar ningún final “conformados al tiempo
presente”.
“Cuidado con que nadie os
engañe”
Jesús
lo dice a quienes creemos en Él.
Creer
es fiarnos de su Palabra.
La
fe
no es sólo creer en sus hecho y sus palabras, sino en su Vida, que en su tiempo fue destruida para
resucitar como Hombre nuevo único, en quien estamos todos resucitados y transformados en el “ya pero todavía no”.
Desde
esta fe es desde donde Jesús nos habla de
no dejarnos engañar.
¿Qué
puede ser el engaño?
Todo
lo que suplante lo dicho y hecho con su Vida y con su palabra.
Los
creyentes tenemos la responsabilidad de saber qué es lo que puede sustituir su Vida.
Por
esto he dicho que, tan incierto es no creer nada de lo que se dice, que puede
llegar hasta no creer en el mismo Hecho Jesús
de Nazaret, como vivir pendientes de
muchas revelaciones, que si son verdaderas nos hablan de la
incertidumbre de la vida y de las tragedias, que se suceden en el tiempo y nada más; porque el final está en el Pensamiento
del Padre.
¡De
cuántas maneras, a lo largo del tiempo, han venido muchos, en nombre de Jesús, diciendo: “Yo
soy”; frase que puede ser de personas,
de formas de hablar religiosamente, de culturas ambientales, de ideologías…
Dice
Jesús: “No
vayáis tras ellos”
Es
fácil no ser conscientes, o sí, de haber caído en la tentación.
Ir tras ellos lo podemos estar viviendo de muchas maneras.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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