VENDRÁ EN PLENO DÍA
CON GRAN EXPLEDOR Y GLORIA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Daniel 12,1-3
Hebreos 10,11-14 |
Marcos 13,24-32El regreso del Hijo del hombre 24 “Pero en aquellos días, pasado el tiempo de sufrimiento, el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, 25 las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales vacilarán. 26 Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. 27 Él enviará a sus ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde el último rincón de la tierra hasta el último rincón del cielo. 28 “Aprended esta enseñanza de la higuera: cuando sus ramas se ponen tiernas y empiezan a brotar las hojas, comprendéis que el verano está cerca. 29 De la misma manera, cuando veáis que suceden esas cosas, sabed que el Hijo del hombre ya está a la puerta. 30 Os aseguro que todo ello sucederá antes que haya muerto la gente de este tiempo. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 “En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre" |
DOMINGO XXXIII CICLO -B
Nunca
los tiempos han sido pacíficos. Desgraciadamente siempre
ha habido poder y miseria, paz y guerra, abundancia y hambre; la inseguridad ha sido lo común en la vida
de los seres humanos.
Estas
condiciones de vida han hecho que, el
ser humano, de todos los tiempos, haya trascendido su experiencia apareciendo, en su espíritu, el deseo de que
haya “alguien superior”, que
con más poder que los hombres haga realidad una justicia y una paz que no puede
alcanzar el ser humano por sí mismo.
Es
el fenómeno religioso común, a
todos los seres humanos de todos los tiempos, como signo de la huella que, el Dios único y verdadero ha puesto en el corazón del hombre desde que existe.
· De
ahí el nacimiento del Pensamiento clásico como ayuda a
entender la vida desde la educación al bien y, a las virtudes hasta llegar a la
idea de Dios.
· De ahí el nacimiento de las Religiones y también de la idolatría, como del hombre autónomo, que es la idolatría del “yo”.
Heb 10,11-14.18
Dios,
el uno y trino,
conocido en la “plenitud de los tiempos”, es
desde el principio el que ES Eterno, sin origen ni fin y que,
como buen maestro, ha ido revelando su existencia lentamente en la Historia del ser humano; desde Abrahán y, después de Moisés
liberando a un Pueblo de su esclavitud, estableciendo
alianzas, permitiendo que este Pueblo le fuera conociendo como Creador y
liberador.
Sin
embargo, desde la misma creación del ser humano, la idolatría de pensar que lo que se tiene a mano es más que la vida en
paz con Dios hizo y hace que, el hombre viva sumergido en la inseguridad por el poder destructor del
hombre contra el prójimo, y que Dios siguiera amando a su Pueblo, y con él
a toda la Humanidad.
Dios
guía a su Pueblo con
la “mediación de Profetas” hasta que, el
mismo Dios se hace Hombre en el Hijo
para llegar a la plena revelación del único Dios como verdadero Padre, que da sentido de origen y destino al ser humano creado,
reconciliándolo tomándolo como hijo en su Hijo, que muere para mostrar al mundo
su identidad divina trinitaria de Amor.
Dn 12,1-3
El
libro de Daniel es un conjunto de realidades del acontecer histórico,
escritas en diferentes idiomas, que nos hablan
del sufrimiento humano, consecuencia de su infidelidad a Dios, del poder de
los reyes que han dominado y subordinado al Pueblo infiel, pero que Dios ha estado siempre a su lado,
aunque se haya experimentado abandonado por su propia culpa, haciendo que reyes poderosos llegaran a reconocer al Dios de Israel como el
único Dios verdadero, como fueron Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro.
El
libro de Daniel habla claramente de la resurrección, aunque
no como hecho universal, sino para los que llevaran una vida moral buena. No había
sido tratado antes, a pesar de ser anunciada su fe en el libro de los Macabeos.
El
libro de Daniel,
con lenguaje apocalíptico, revela que
Dios establecerá la paz definitiva haciendo justicia, que no llegó con la
muerte de Antíoco IV, sino que va a ser
Jesús el que llegue, cuando el Padre
disponga, como demostración
definitiva que el Crucificado fue el Resucitado.
Mc 13,24-32
Jesús
dice a sus discípulos:
“Después de esa gran
angustia”
· La de toda la Humanidad que
sufre desde que existe y,
· La del propio Hijo; desde la
Encarnación,
en la que nadie supo la hora que aconteció en el espíritu de María y en sus
entrañas de Mujer, hasta lo que les va a
predecir, que va más allá de lo que fue su Muerte, descrita con signos y
lenguaje apocalíptico, anunciando su venida final.
· Su primera venida fue silenciosa; y
su vida dejada en manos de los hombres y
del tentador “que
lo esperó hasta mejor ocasión”, que fue la de su Pasión y Muerte.
· La segunda venida será en pleno DÍA “con gran esplendor y gloria”.
Jesús
nos pone la parábola de la higuera y
nos dice:
“Cuando veáis que esto sucede, sabed que él está cerca, a la
puerta”
La
verdad es que no sabemos porque, los signos de angustia y de calamidad son
de siempre. Lo cierto es que vendrá;
lo demás son predicciones subjetivas
infundadas, porque la palabra de Dios es la que nos vale, y más desde lo
que nos dice:
“El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán”
Y
añade:
“En cuanto el día y la hora, nadie lo conoce,
ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre”
Como
el Pensamiento del Padre es el saber y conocimiento del Hijo, Jesús no miente al decirnos que “ni el Hijo”.
Lo
que nos quiere decir es que no entra en su revelación para nuestro bien saber el día y la hora. Lo
que nos basta saber es que vendrá, como
ha dicho, “con esplendor y gloria”.
Dijo
el Papa Benedicto XVI:
“Jesús no describe el fin del mundo…, al contrario, quiere apartar a sus
discípulos –de toda época- de la curiosidad por las fechas, las previsiones, y
desea darles una clave de lectura profunda, esencial, e indicarles el sendero
justo sobre el cual caminar, hoy y mañana, para entrar en la vida eterna”.
Es
precisamente ante la angustia de un vivir inseguro por tantas calamidades que creamos
los mismos seres humanos en lucha de hermanos, que nos falta la referencia que dé
seguridad y paz y, también nos dice que, “Jesús es el verdadero
acontecimiento que, en medio de los trastornos del mundo, permanece como el
punto firme y estable”.
Pidamos
las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, a
las que no tiene acceso directo la razón, puesto que son dones espirituales que
Dios infunde en el alma.
Seamos
humildes para pedir lo esencial para esta vida y la eterna.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Margarita de Escocia
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