viernes, 15 de noviembre de 2024

CUANDO VUELVA JESÚS, 

“¿ENCONTRARÁ ESTA FE EN LA TIERRA? 

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

3 Juan 1,5-8

Salmos 111

Lucas 18,1-8

Parábola de la viuda y el juez
Jesús les contó una parábola para enseñarles que debían orar siempre y no desanimarse. Les dijo: “Había en un pueblo un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Y en el mismo pueblo vivía también una viuda, que tenía planteado un pleito y que fue al juez a pedirle justicia contra su adversario. Durante mucho tiempo el juez no quiso atenderla, pero finalmente pensó: ‘Yo no temo a Dios ni respeto a los hombres. Sin embargo, como esta viuda no deja de molestarme, le haré justicia, para que no siga viniendo y acabe con mi paciencia.’ ”
El Señor añadió: “Pues bien, si esto es lo que dijo aquel mal juez, ¿cómo Dios no va a hacer justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Los hará esperar? Os digo que les hará justicia sin demora. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará todavía fe en la tierra?”

DÍA 16 NOVIEMBRE  CICLO  -B

Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso una parábola sin ponerse Él como ejemplo.

Somos nosotros quienes hemos de ver y aprender de Jesús.

No todo lo que “se hace y se dice” puede ser llamado propiamente oración.

Una cosa es orar, y otra vivir en actitud orante, que es estar integralmente en lo que la vida nos obliga a aceptar como realidad cotidiana: trabajo, servicio al prójimo, la exigencia de cada profesión, ofrecer la vida en su situación concreta de enfermedad, de soledad, de adversidad con mente y corazón viviendo en presente, sin dualismo y sabiendo que Dios no nos abandona en lo cotidiano de nuestra vida.

Jesús, con su vida, nos aclara esta doble realidad:

·       La de orar y

·       La de vivir de su Presencia la objetividad de nuestra vida.

Había un juez en una ciudad que 

ni temía a Dios ni le importaban los hombres”

Quien vive despreocupado del prójimo, lo que revela es no creer ni temer a Dios.

Todo ser humano a quien le importa el prójimo y se preocupa por él, aunque no sea creyente, camina en verdad, y sabemos que, donde hay verdad y amor, allí está Dios.

“Una viuda solía decirle: 

“Hazme justicia frente a mi adversario”

Conocemos cuál era el estado en que vivía una viuda en aquel tiempo.

Esta viuda de la parábola es imagen de los que hoy viven en soledad, sin voz, en situación social de pobreza.

Meditemos ante los tiempos que vivimos para orar y descubrir nuestras actitudes.

Hoy se margina lo que huele a sagrado y a divino, y la actitud social es sorda al grito de los que viven en situación como la de la viuda.

¿Quiénes son hoy los adversarios de los que viven en situación indigna?

Los que pueden y deben, ¿querrán hacer justicia, algún día, como el juez?

“Aunque ni temo a Dios

como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia.

A Dios nunca le fastidia nuestra actitud de acercarnos confiados desde nuestras situaciones reales y personales de pobreza.

“Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?

Tú y yo somos elegidos. Nadie nos impide llegar a Dios tal cual sea la medida de nuestra fe.

No confundamos su justicia con esperar que corresponda inmediatamente a lo que le pedimos.

¿Miramos al Crucificado a la hora de pedir y creer?

¡Dios ha mostrado ser Amor! ¡Cuánta confusión ante su Amor!

¡Cuánta ante la Vida y la Muerte de Jesús!

¿Hacia dónde miramos?; la inteligencia es para conocer la Verdad.

“¿Encontraré esta fe en la tierra cuando vuelva?”

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Margarita de Escocia




VUELVO A TI...










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