"RECOBRA LA VISTA,
TU FE TE HA CURADO"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Salmos 1 |
Jesús sana a un ciego en Jericó 35 Se encontraba Jesús ya cerca de Jericó. Un ciego que estaba sentado junto al camino, pidiendo limosna, 36 al oir que pasaba mucha gente preguntó qué sucedía. 37 Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, 38 y él gritó: –¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! 39 Los que iban delante le reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía más: –¡Hijo de David, ten compasión de mí! 40 Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó: 41 –¿Qué quieres que haga por ti? El ciego contestó: –Señor, quiero recobrar la vista. 42 Jesús le dijo: –¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado. 43 En aquel mismo momento recobró el ciego la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto alababa también a Dios" |
No están siempre claras las virtudes teologales en los creyentes.
La
fe de cada persona no se puede medir, como todo lo que es
espiritual.
Aceptemos que, cuando decimos “tengo fe”
afirmamos que Dios existe; al
margen de la conciencia personal que se tenga de ella.
No
se puede medir pero exige de cada uno el
deseo de crecer en esta virtud como también
la necesidad de objetivarla.
· Las virtudes pueden ser trabajadas
desde la inteligencia por conocerlas y la voluntad para vivirlas.
· Las virtudes teologales, fe, esperanza
y caridad
tratan del conocimiento de Dios, de la esperanza en Dios y de amar según Dios; no están al alcance directo de la razón ni
de la voluntad humana.
Desde
otras Religiones o Filosofías humanistas
se ayuda a crecer en bien y virtud desde la inteligencia y la voluntad, incluso
algunas al margen de Dios.
La
fe es
don que hay que pedir y agradecer por
ser la evidencia de Dios en el espíritu desde la gratuidad de su Amor, lo
cual no justifica quedarse con lo que
se considera la propia fe, y tampoco
pensar que es un don que hay que esperar a que Dios lo dé.
La
fe “como don anunciado” se ha realizado desde el primer anuncio y
envío de los Apóstoles: “Id y anunciad al mundo…” ¿Quién
no sabe hoy de Jesús?
La importancia
de Dios en nuestra vida revela la actitud
de petición de la fe y del agradecimiento a Él
sabiendo que, todo lo de Dios está
relacionado con el amor que le tengamos,
e indicamos así la medida del deseo
de su Verdad.
El
texto es maravilloso. Nos presenta a Jesús
de camino, como fue toda su Vida, como mendigo ofreciendo amor, salud,
perdón, pan y esperanza.
Como
quien no hace nada, pero cercano a cada
persona, le dice al ciego lo más importante que se puede escuchar de quien
ama.
“¿Qué quieres que haga por ti?”
Quien
puede decir “qué quieres que haga” es
que lo puede hacer.
Ayer
decía que no confundamos el Amor divino con tener
la respuesta inmediata a nuestras peticiones. Vino a reconciliar, no a hacer milagros.
Creer
es saber que Dios nos da a cada uno lo mejor para llegar al conocimiento de su
Ser, aunque
no lo entendamos de momento.
María
tuvo que guardar y meditar hechos y dichos de Jesús.
Sólo
la fe la sostuvo de pie en el Calvario con la esperanza que daba
sentido al Amor, ¡tan difícil de entender viendo al Hijo de Dios crucificado!.
“Señor, que vea”
No
son los ojos ni el poder de las manos los que penetran en el ser de las cosas, sino la
vida del espíritu desde la luz de la fe y del amor.
La
fe es la ciencia del conocimiento del espíritu.
“Recobra la vista”;
importante para la vida.
“Tu fe te ha curado”; la fe es lo más importante de la vida.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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