HOY HA SIDO LA SALVACIÓN
DE ESTA CASA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Apocalipsis 3,1-6.14-22
Salmos 14
Lucas 19, 1-10
DÍA 19 NOVIEMBRE CICLO -B
Jesús nos habla de salvación.
Aceptarla
significa:
· Creer que Dios ha venido a nuestra tierra,
· Y hallar el sentido de la vida y, la esperanza confiada de un destino acorde
a la dignidad que, sólo Él nos ha embellecido a cada uno.
Cristo pasó ayer con
su Humanidad para poder ser
visto, escuchado y creído como Hombre verdadero, que ofrecía el don de conocer a Dios por
la mediación de su palabra y de sus gestos.
Es el mismo Dios
y Hombre que sigue visitándonos cada día en el Altar. Su Memorial hace
presente y real su muerte y
resurrección.
Creemos que vive
para siempre entre nosotros.
Quienes lo deseemos
de corazón podemos seguir
los pasos de quienes le siguieron ayer conociéndole y, creyendo en el Dios revelado por Él como Padre.
¡Cuántos hechos
pasaron en Jericó, la ciudad más vieja del mundo!
Todos los que
vivimos hemos salido del corazón de Dios; así lo creemos y damos gracias por poder
aceptar, con fe, nuestro origen divino y conocer, por Cristo, a Dios como uno y trino. La Trinidad no hay razón que la piense.
Digo “todos” porque Jesús envió a sus
Apóstoles a todas las naciones. “La cuestión de Dios” halla su respuesta
en la fe en Cristo.
“Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico,
trataba de distinguir quién era Jesús”
Muchos eran los
que seguían a Jesús, pero no todos
iban con la buena intención de conocerlo.
La gente impedía a Zaqueo poder verle.
Los fariseos se
sabían perfectos cumpliendo la ley; Zaqueo era
un judío rico, recaudador de impuestos para Roma, y se reconocía necesitado de
Dios, sabiendo que era un enemigo de
su propio Pueblo.
“Reconocernos
necesitados del favor divino” hace
que, nuestra actitud sea querer ver a Jesús y reconocerle en su
distinción humano-divina.
Jesús, ayer, sabía quiénes deseaban conocerlo, quiénes gozaban de tener lo necesario; y sobre los que le seguían percibía
quienes lo hacían con fe, con
indiferencia y, ¡hasta comprometiéndole con sus palabras y
dudas!
A todos los que
le buscamos y deseamos saber de Él nos dice lo que a
Zaqueo:
“Baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en
tu casa”
El Evangelio no es solo para
escucharlo o comentarlo. Es una Palabra
viva que nos habla en presente. ¡Esto
también es creer en Dios!
Hoy Jesús, a ti y a mí, nos dice las palabras de Zaqueo si ve que, nuestro corazón desea
distinguirlo entre la palabrería inútil del mundo.
Creer en Dios es
agradecer que quiera habitar en nuestra
casa.
Habiéndose
alegrado con Zaqueo, después de su
conversión, diciendo: “Hoy ha sido la salvación de esta casa”… quiere decirnos
que, Dios no viene solo a comer, sino a
quedarse para siempre.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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