domingo, 6 de octubre de 2024

 “¿Y QUIÉN ES MI PRÓJIMO?”

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Gálatas 1, 6-12

Salmos 110

Lucas 10, 25-27

Parábola del buen samaritano
25 Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerle a prueba le preguntó:
–Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
26 Jesús le contestó:
–¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?
27 El maestro de la ley respondió:
–‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente;t y ama a tu prójimo como a ti mismo.’
28 Jesús le dijo:
–Bien contestado. Haz eso y tendrás la vida.
29 Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús:
–¿Y quién es mi prójimo?
30 Jesús le respondió:
–Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Casualmente pasó un sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió adelante. 32 Luego pasó por allí un levita,y que al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. 33 Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él. 34 Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino,a y se las vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, el samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’ 36 Pues bien, ¿cuál de aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
37 El maestro de la ley contestó:
–El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo:
–Ve, pues, y haz tú lo mismo.


DÍA 7 OCTUBRE  CICLO  -B


Todo un Maestro de la Ley pregunta a Jesús quién es su prójimo. Quiere decir que sabía mucho de la Ley pero muy poco de amor. Por esto, con razón, dice S. Pablo:

“La letra sola mata, el espíritu es el que da vida”

Que vivimos, bien que lo sabemos; pero de quién vivimos, para qué vivimos y para quién lo tiene más o menos claro quién vive del espíritu, es decir, quien no desvive por el gozo material de lo inmediato.

El Maestro de la Ley demuestra tener clara, a su manera, la vida eterna desde la letra de la Ley porque, a pesar de preguntar sobre ella, lo que le mueve a interés es la respuesta de Jesús, a quien pone a prueba.

“Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?”

Jesús no fue hombre de argumentos racionales para las respuestas, mejor respondía con la Ley o acusando de causantes a los que lo ponían a prueba.

“¿Qué lees en ella?”

“Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón 

y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente. 

Y a tu prójimo como a ti mismo”.

No es exagerado; por mucho menos, por algo o por alguien, nos entregamos así.

“Haz esto y tendrás la vida eterna”

Ahora viene la justificación, la ignorancia voluntaria cuando somos indiferentes al prójimo o cuando lo seleccionamos.

“¿Y quién es mi prójimo?”

No nos extrañe la pregunta; muy pocos son los que tienen claro quién es su prójimo. ¡Con qué facilidad hacemos selección y mucho daño!

Francisco de Asís se jugó la vida cuando se atrevió a visitar en Egipto al sultán al-Malik al-Kamil, amándole como prójimo.

Desde el mundo ideológico, al que es fácil caer cuando es indefinida la fe, hay selección del prójimo, sin medir las palabras de quienes quedan fuera.

¡No es fácil aceptar a Cristo en la verdad de todos sus dichos y hechos!

La respuesta es la medida de ser cristiano o de serlo “a nuestra medida”, donde no caben muchos prójimos.

“Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó

“¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo 

de quien cayó en manos de los bandidos? 

(Sacerdote, levita, samaritano)

El Maestro respondió:

“El que practicó misericordia con él”

Nos gusta pensar que creemos en Dios Padre de eterna Misericordia.

Si hemos sido creados a su semejanza es lógico que, desde la fe en Él, practiquemos la misericordia sin seleccionar al prójimo.

Hermanos no perdamos el tiempo en dudas y en preguntas a Jesús.

“Anda y haz tú lo mismo, y se diluyen las incertezas”                 

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. María Francisca de las cinco Llagas, virgen franciscana




EL BUEN SAMARITANO









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