“¿Y QUIÉN ES MI PRÓJIMO?”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Gálatas 1, 6-12
Salmos 110
Lucas 10, 25-27
DÍA 7 OCTUBRE CICLO -B
Todo un Maestro de la Ley pregunta a
Jesús quién es su prójimo. Quiere decir que sabía mucho de la Ley pero muy poco
de amor. Por esto, con razón, dice S. Pablo:
“La letra
sola mata, el espíritu es el que da vida”
Que vivimos, bien que lo sabemos; pero de
quién vivimos, para qué vivimos y para quién lo tiene más o menos claro quién
vive del espíritu, es decir, quien no
desvive por el gozo material de lo
inmediato.
El Maestro de la Ley demuestra tener clara, a su manera, la vida eterna desde la letra de la Ley porque, a
pesar de preguntar sobre ella, lo que le mueve a interés es la respuesta de Jesús, a quien pone a
prueba.
“Maestro, ¿qué tengo que
hacer para heredar la vida eterna?”
Jesús no fue hombre de argumentos
racionales para las respuestas, mejor respondía con la Ley o acusando de causantes a los que lo ponían a prueba.
“¿Qué lees en ella?”
“Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón
y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente.
Y a tu prójimo como a ti mismo”.
No
es exagerado; por mucho menos, por algo o por alguien, nos entregamos así.
“Haz esto y tendrás la
vida eterna”
Ahora viene la justificación, la ignorancia voluntaria cuando somos
indiferentes al prójimo o cuando lo seleccionamos.
“¿Y quién es mi prójimo?”
No nos extrañe la pregunta; muy pocos
son los que tienen claro quién es su prójimo. ¡Con qué facilidad hacemos selección y
mucho daño!
Francisco de Asís se jugó la vida
cuando se atrevió a visitar en Egipto al sultán al-Malik al-Kamil, amándole como prójimo.
Desde el mundo ideológico, al que es
fácil caer cuando es indefinida la fe,
hay selección del prójimo, sin medir
las palabras de quienes quedan fuera.
¡No
es fácil aceptar a Cristo en la verdad de todos sus dichos y hechos!
La respuesta es la medida de ser cristiano o de serlo “a nuestra medida”,
donde no caben muchos prójimos.
“Un hombre bajaba de
Jerusalén a Jericó…”
“¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo
de quien cayó en manos de los bandidos?
(Sacerdote,
levita, samaritano)
El Maestro respondió:
“El que practicó
misericordia con él”
Nos gusta pensar que creemos en Dios Padre
de eterna Misericordia.
Si
hemos sido creados a su semejanza es lógico
que,
desde la fe en Él, practiquemos la misericordia sin seleccionar al prójimo.
Hermanos no perdamos el tiempo en dudas
y en preguntas a Jesús.
“Anda y haz tú lo mismo, y se diluyen las incertezas”
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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