viernes, 4 de octubre de 2024

 “QUIEN BUSCA ENCUENTRA 

Y AL QUE LLAMA SE LE ABRE”

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

 Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Deuteronomio 8, 7-18

2 Cor 5,17-21

Mateo 7, 7-11

Pedir, buscar y llamar a la puerta
(Lc 11.9-13; 6.31)

“Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre.
“¿Acaso alguno de vosotros sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? 10 ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? 11 Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo las dará a quienes se las pidan!


DÍA 5 OCTUBRE  CICLO  -B 

TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS 

Y DE PETICIÓN


“Los que viven en Cristo son una creación nueva, 

todo lo que era antiguo ha pasado” (2 Cor. 5,17)

Cristo resucitado ha vuelto lo creado a su origen, por esto las criaturas son buenas, aun las salvajes si fuéramos capaces de tratarlas con el amor nuevo de Jesús, como nos lo demostró San Francisco.

Que Dios nos ayude a amar la nueva creación olvidando lo antiguo cuando nos dice:

“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, porque todo el que pide recibe,

quien busca encuentra, y al que llama se le abrirá”

Dios ha abierto su hogar, antes de ofrecernos esta frase, para que creamos que somos capaces de conocerle, creerle y amarle.

Permanecer en la noche del mundo y en sus límites, por ilimitados que nos parecen, es optar por lo antiguo y no por la nueva creación.

Creer es atreverse a entrar humildemente por la puerta abierta del hogar divino trinitario y, asombrarse de la medida de luz admirados de lo que Dios da a conocer a nuestro ser.

Cuando la fe la entendemos como “la actitud de vivir en el hogar divino”, pues “entre pucheros anda Dios”, experimentamos la disposición de Dios dándonos lo que le pedimos, por creer que ya se nos ha dado. La medida de Luz recibida hace olvidar pedir y buscar.

Vivir en el hogar de Dios

·       Es saber que todo es nuestro, desde la riqueza de no poseer.

·       Es entender que la fe salva.

Mientras que, vivir de lo antiguo es seguir pidiendo, buscando y llamando sin querer ver que, Dios tiene la puerta abierta esperando abrazar y permitir entrar en la paz y la luz de su Verdad conocida desde la nueva creación, cada uno a su medida.  

Ser humildes empieza por no tratar a Dios como igual, como si creer o no creer dependiera sólo de un acto de nuestra libertad.

Podemos ser prepotentes en nuestras relaciones humanas y con Dios desde una actitud buena que, decidimos por nosotros mismos cómo tratar al prójimo.

“Si vosotros, aun siendo malos, 

sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,

¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos 

dará cosas buenas a los que le piden!”

·       Ser humildes y agradecidos a Dios empieza por reconocer el don de la vida y cuanto tenemos gratuitamente para sobrevivir: luz, aire, agua, tierra y fuego, que luego lo domina el poder creando tener que pedirle a Dios este pan gratuito, o dar gracias a quien no tiene derecho a ser el dueño.  

·       Ser humilde y agradecido es aprender a vivir desde la Presencia de Dios y, saber pedir con fe y confianza al Padre lo propio necesario.             

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Faustina Kowalska



    
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