“QUIEN BUSCA ENCUENTRA
Y AL QUE LLAMA SE LE ABRE”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Deuteronomio 8, 7-18
2 Cor 5,17-21Mateo 7, 7-11
DÍA 5 OCTUBRE CICLO -B
TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS
Y DE PETICIÓN
“Los que viven en Cristo son una creación nueva,
todo lo que era antiguo ha pasado” (2 Cor. 5,17)
Cristo
resucitado ha vuelto lo creado a su
origen,
por esto las criaturas son buenas, aun las salvajes si fuéramos capaces de
tratarlas con el amor nuevo de Jesús,
como nos lo demostró San Francisco.
Que
Dios nos ayude a amar la nueva creación
olvidando lo antiguo cuando nos dice:
“Pedid y se os dará, buscad
y encontraréis, porque todo el que pide recibe,
quien busca encuentra, y
al que llama se le abrirá”
Dios
ha abierto su hogar, antes
de ofrecernos esta frase, para que
creamos que somos capaces de conocerle,
creerle y amarle.
Permanecer
en la noche del mundo y en sus límites, por ilimitados
que nos parecen, es optar por lo
antiguo y no por la nueva creación.
Creer
es atreverse a entrar humildemente por la
puerta abierta del hogar divino trinitario
y,
asombrarse de la medida de luz admirados
de lo que Dios da a conocer a nuestro ser.
Cuando
la fe la entendemos como “la actitud de
vivir en el hogar divino”, pues
“entre pucheros anda Dios”, experimentamos la disposición de Dios dándonos lo que
le pedimos, por creer que ya se nos ha
dado. La medida de Luz recibida hace olvidar pedir y buscar.
Vivir en el hogar de Dios
· Es saber que todo es nuestro,
desde la riqueza de no poseer.
· Es entender que la fe salva.
Mientras
que, vivir de lo antiguo es seguir
pidiendo, buscando y llamando sin querer
ver que, Dios tiene la puerta abierta esperando
abrazar y permitir entrar en la paz y la luz de su Verdad conocida desde la nueva creación,
cada uno a su medida.
Ser
humildes
empieza por no tratar a Dios como
igual, como si creer o no creer
dependiera sólo de un acto de nuestra libertad.
Podemos ser prepotentes en nuestras
relaciones humanas y con Dios desde una actitud
buena que, decidimos por nosotros mismos cómo tratar al prójimo.
“Si vosotros, aun siendo malos,
sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos,
¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos
dará cosas
buenas a los que le piden!”
· Ser humildes y agradecidos a Dios
empieza por reconocer el don de la vida
y cuanto tenemos gratuitamente para sobrevivir:
luz, aire, agua, tierra y fuego, que luego lo domina el poder creando tener
que pedirle a Dios este pan gratuito,
o dar gracias a quien no tiene
derecho a ser el dueño.
· Ser humilde y agradecido es aprender a vivir desde la Presencia de Dios y, saber pedir con fe y confianza al Padre lo propio necesario.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Faustina Kowalska
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