Y TÚ, ¿QUIÉN DICES QUE SOY YO?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Eclesiástico 3, 1-11
Salmos 143
Lucas 9,18-22
DÍA 27 SEPTIEMBRE CICLO -B
Acostumbro
a decir que, la Palabra de Dios que
proclamamos o escuchamos y nos llega repetida muchas veces, no ha de ser
motivo para pensar que, la conocemos por
haberla meditado anteriormente, como si tuviéramos aprendida la lección.
Aunque
fuéramos doctores en teología, y
supiéramos mucho de Jesús, por ser Dios y
Hombre verdadero, nunca llegaríamos
a tener el conocimiento pleno de su
Persona divina y de su Humanidad.
No
sólo referente a Jesús, sino cualquier persona que nos
preguntara “qué dice la gente de ella, y qué
y quién es para nosotros”, nos pondría en un apuro.
Haz
la prueba
de decirte en alto, no lo que piensas, sino “qué es y quién es para ti la persona que elijas” para meditarla. La
prudencia es gran virtud.
¡Qué
difícil es hablar con objetividad de alguien!, y más hablar en
verdad, en respeto y en amor.
De
una persona no podemos decir “una palabra” sin antes haber hecho silencio y una
sería reflexión.
“¿Quién dice la gente que
soy Yo?”
Es
difícil contestar a esta pregunta con objetividad si no tenemos fe en su
ayuda.
¡Qué
fácil es generalizar!
Jesús
nos hace a todos la pregunta. A creyentes, agnóstico y ateos.
En
nuestras conversaciones habremos podido escuchar lo que cada uno piensa de
Jesús.
Lo
que no sabemos es lo que Jesús piensa de cada uno de nosotros mirándonos y
esperándonos con Amor y Misericordia.
No
juzguemos al prójimo ante las respuestas que nos pueden dar. No siempre lo que
dice la boca es lo que vive el corazón de
cada uno.
Siendo
“yo el mismo” en el tiempo, ¡cuánto cambiamos en ser, pensar y formas de
actuar!
Para
ti y para mi ¿quién es Jesús?
Hoy
somos nosotros los que estamos ante su
Vida.
¿Aceptamos
sus dos naturalezas? ¿Qué persona pensamos que es Jesús?
De
lo “subjetivo” a lo “objetivo”, según
lo que digamos de Él, podemos incurrir en un error. De ahí la importancia de
escuchar lo que nos dice cada día
leyendo y meditando su Palabra.
Lo
que pensamos o creemos de Jesús se lo tenemos que decir a Él. Es quien nos hace
la pregunta a cada uno hoy.
“Pedro le
respondió: El Mesías de Dios”
Si
damos la respuesta de Pedro, afirmamos que es Dios.
Pedro
lo dijo y luego le traicionó; y los que no creyeron que era Dios lo condenaron.
No
nos precipitemos en dar la respuesta. Es de más trascendencia de lo que
pensamos.
Meditemos
hoy sus palabras:
“El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho,
ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados,
ser ejecutado y resucitar al tercer día”
¿Quiénes
son o podemos ser hoy los ancianos y los
letrados?
Uno
de los errores actuales es “tratar a Dios como a un igual”.
Por
más condena que haya hoy, Cristo ha
resucitado y Vive entre nosotros.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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