TOMÓ LA DECISIÓN DE IR
A JERUSALÉN
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Job 3, 1-3.11-17.20-23
Salmos 87
Lucas 9, 51-56
Jesús reprende a Santiago y Juan 51 Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén. 52 Envió por delante mensajeros, que fueron a una aldea de Samaria para prepararle alojamiento; 53 pero los samaritanos no quisieron recibirle, porque se daban cuenta de que se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron: –Señor, si quieres, diremos que baje fuego del cielo para que acabe con ellos. 55 Pero Jesús se volvió y los reprendió. 56 Luego se fueron a otra aldea" |
DÍA 1 OCTUBRE CICLO -B
La Oración es una alabanza a Dios y una forma de agradecerle el Don de poder vivir esta relación personal con Él.
Si
nos detenemos a pensar qué es orar, y
vivimos esta experiencia, sabremos que, es asombrarnos de que Dios se haya revelado.
Si
nos habituamos a orar cada día, en un “trato de amistad con Dios”,
experimentaremos y sabremos qué es orar.
Es
la razón por la que orar “no es hablar a solas ni decirle a Dios muchas
palabras”, sino experimentar su cercanía en Cristo Jesús. Por Él la capacidad de
conocer a Dios es más real que la
afirmación de incapacidad.
El
fin de la oración es:
· La gratitud a Dios y
· El medio por el que conocemos su voluntad y así responder a
las exigencias de la realidad de la vida.
Nunca
la oración debe alejar de la vida real ante Dios y ante el prójimo.
Así
lo vemos en Jesús que oraba al Padre
hasta altas horas de la mañana.
Cuando
se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo,
“Jesús tomó la decisión
de ir a Jerusalén”
Jesús
era Dios y Hombre verdadero, pero “vivió entre nosotros como uno de tantos”.
“El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios,
al contrario, se despojó de sí mismo y
tomo la condición de esclavo”
(Fil 2,8a)
Sabía
lo que tenía que suceder en Jerusalén
y desde la oración tomó la decisión de ir a Jerusalén. La
Encarnación fue el comienzo de la subida.
De
camino entraron en Samaria pero no lo
recibieron, precisamente porque iba a Jerusalén.
¡Qué
mal hacen en el mundo los radicalismos ideológicos y religiosos!
Ni
la ideología radical proviene de una sana filosofía, ni la religiosidad radical
del Dios-Amor revelado en Cristo.
¡Con
que cuidado hemos de medir los pensamientos y las palabras!
Es
fácil caer en graves consecuencias desde
el error de una falta de lógica de razón y desde el error de “creer en dioses que tienen boca y no hablan, que tienen
ojos y no ven…”, y no saben amar porque el corazón es
de piedra y no de carne.
Podemos
tener los sentimientos de Santiago y Juan:
“Señor, ¿quieres que mandemos
fuego “del cielo” y acabe con ellos?”
“Jesús se volvió y les regañó”
Sepamos
escuchar la voz de Jesús si erramos
en la oración dirigida al cielo
“No sabéis de
qué espíritu sois”
Lo
que no es verdad en el corazón no es del Espíritu.
“Porque el Hijo del Hombre no ha venido
a perder a los hombres, sino a salvarlos”
“Y se marcharon a otra
aldea”
Antes
de proferir una palabra que pueda herir, sepamos
desviar los sentimientos hacia otro lado.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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