jueves, 5 de septiembre de 2024

“NADIE ECHA VINO NUEVO 

EN ODRES VIEJOS”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer) 

1 Corintios 4,1-15

Salmos 36

Lucas 5, 33-39

La cuestión del ayuno
(Mt 9.14-17; Mc 2.18-22)
33 Le dijeron a Jesús:
–Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos no dejan de comer y beber.
34 Jesús les contestó:
–¿Acaso podéis hacer que ayunen los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? 35 Ya llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día, ayunarán.
36 También les contó esta parábola:
–Nadie corta un trozo de un vestido nuevo para arreglar un vestido viejo. De hacerlo así, echará a perder el vestido nuevo; además el trozo nuevo no quedará bien en el vestido viejo. 37 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que los odres revienten, y tanto el vino como los odres se pierden. 38 Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos. 39 Y nadie que beba vino añejo querrá después beber el nuevo, porque dirá que el añejo es mejor"

DÍA 6 SEPTIEMBRE  CICLO  -B

El Universo gime con dolores de parto, porque está abierto al Creador.

Las criaturas son la poesía que le canta a Dios, porque en su sinrazón alaban a Quién da su existencia.

El hombre le ha puesto un manto al Universo y lo enmienda con religión, ideología y filosofías humanistas, pero sus grietas no se abren a la Luz.

Dios es el vino añejo por ser antes que todo y, el vino nuevo que ha puesto belleza en el Universo al paso de su figura divina en el tiempo.

¡Grande es el ser humano!, pero cuando se cubre con el manto y se atribuye lo que no-es, empieza a desfigurar su dignidad y la belleza de lo creado, aunque negando la luz se emociona con la de las estrellas. 

Creer en Él no es cuestión de razón; ésta igual sirve para aceptar el Don como para entretenerse en incertidumbres y, en posibilidad de negarlo.

El ser humano es quien puede creer y alabar a Dios como su “sumo Bien”.

Cuántas veces somos “de manto viejo” repitiendo razones para no entrar en razón, quedando lo nuevo para mañana, pudiendo ser hoy.   

Orar es tomar conciencia de estar en relación personal con Dios; se puede rezar de muchas maneras, menos la de no estar con Él.

Orar es escuchar de Dios que nos fijemos en el prójimo para servirle, ayudarle y amarle. Pero el mismo amor cansa cuando falta Dios.

Quien ora y juzga al hermano ni lee bien la Palabra de Dios ni lo escucha.

Estos fariseos y letrados, que acuden a Jesús, revelan que rezan mirándose a sí mismo y no a Dios, porque juzgan y sentencian.

“Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran,

y los de los fariseos también. Los tuyos, a comer y a beber”

Jesús se dejaba acompañar de mujeres que lo sostenían y le ayudaban.

Él y sus discípulos iban de ciudad en ciudad anunciando la Buena Noticia y, comían en casa de Marta, o incluso en la de los mismos fariseos, donde Jesús permitía que los pecadores se acercaran y le besaran los pies.

El ayuno que Dios quiere es que creamos en el Hijo que nos ha enviado.

Ayunar es entender el amor para hallar el sendero, que conduce a aceptar el Don del Hijo con nosotros. Es rasgar el manto para que entre la Luz.

Nos da ejemplo Indonesia, donde todas las Religiones están unidas y han recibido al Papa. ¡Nos gloriamos de progreso!

¿Dónde está la madurez que respeta y escucha, digna de ser humana?

Dios ha abierto el Camino entre lo eterno y el tiempo.

Para Dios no hay manto que cubra el Universo;  a Él debe su existencia.

De muchas maneras podemos ser odres viejos pensando que, lo compaginamos con el vino nuevo.

No enmendemos el manto, dejemos que entre la Luz.                     

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA




ESTO QUE SOY ESTO TE DOY

 





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