LES ENVIÓ A PROCLAMAR
EL REINO DE DIOS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Proverbios 30, 5-9
Salmos 118
Lucas 9,1-6
DÍA 24 SEPTIEMBRE CICLO -B
¡Qué fácil es hablar de un ser humano cuando sólo se le conoce de oídas!
¡Qué fácil decir cualquier palabra de una persona cuando se desconsidera su dignidad y no es amada!
Conocer a un ser humano, respetar su dignidad, y más amarlo, motiva el valor del silencio o de las palabras medidas en objetividad.
Lo mismo ocurre con Dios. Conocerle de oídas o de lo aprendido de niños, sin haber crecido acorde a nuestra edad, es creernos en capacidad para poder decir mucho de Él, positiva o negativamente.
La posible religiosidad, y más la fe, la indiferencia o la negación de Dios, no son cuestiones puramente personales, como no lo son las medidas de relación con el prójimo porque, Dios y el prójimo, como todas las demás criaturas, existen. Su realidad no depende de ser afirmadas o negadas.
Jesús ha sido un hombre real en nuestra Historia y, su Verdad no depende de nosotros.
Lo nuestro es saber qué referencias tenemos para afirmar nuestra credibilidad, nuestra indiferencia o la negación de su Vida, y de las afirmaciones que hizo Dios de sí mismo con palabras y obras.
La trascendencia que ha tenido la Vida de Jesús, hombre condenado a morir crucificado, traicionado, y abandonado por Once de sus elegidos, es para meditar qué hecho pudo mover a estos hombres, que regresaron a sus quehaceres ante la experiencia del fracaso de su Maestro, para luego todos, y Pablo, blasfemo y perseguidor de Jesús, dar la vida por Él.
Jesús mostró tener autoridad para hacer el bien; y hoy nos dice el texto:
“Les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades”
La enfermedad existe y el enemigo también; curarnos y vencer al enemigo no depende de nuestro poder personal.
Jesús demostró poder para curar y para devolver la vida a tres muertos.
“Luego los envió a proclamar el Reino de Dios”
Los cielos y lo eterno ya no son cuestión del más allá, de donde es fácil hablar, creer o negar pero, establecido aquí, en nuestro tiempo, es más difícil porque, Cristo resucitó y está ante nosotros en la Iglesia católica, en los templos, en los Sacramentos y en el prójimo.
El Reino de Dios no se impone nunca por la fuerza. No es una Ideología.
Jesús vivió como uno de tantos, se acercó a los que no tenían autoridad ni dignidad, y dijo a los enviados:
“No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni pan, ni dinero”
Creamos en la Verdad y no en el disfraz con que a veces la revestimos para nuestra confusión.
La Verdad es libre, como Jesús, que dio su Vida cuando quiso, y se da a los que libremente la aceptan y la aman.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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