NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES,
MADRE DE DIOS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Jeremías 28, 1-17
Salmos 118
DÍA 5 AGOSTO CICLO -B
“Seas saludada por nosotros, María
Madre de Dios, tesoro que todo el mundo ha de venerar, templo indestructible” (S. Cirilo de
Alejandría).
El
Concilio de Éfeso, en el año 431, declaró a la madre de Jesús como Madre de Dios.
El
Papa Sixto III
(432-440) quiso edificar una Basílica dedicada a la Madre de Dios. Aceptemos de
Dios sus formas de revelarnos su
voluntad.
Así
lo entendió el Papa. En pleno mes de agosto
nevó en el lugar donde quería edificar en
su honor; es la que conocemos,
desde entonces, Santa María la Mayor, en
Roma.
El
Evangelio nos dice:
“Jesús recibe la noticia de la muerte de Juan Bautista
y se retira en barca a un lugar despoblado"
Ante
una noticia o una experiencia, que causa dolor es bueno
no dejarse invadir de los sentimientos que produce en nuestro espíritu; es mejor hacer silencio y buscar refugio en quien nos ama y nos da la Luz
y el consuelo.
En
tal caso no es huir, sino hacer frente a la tentación de
dejar que el tiempo quede en manos del
enemigo, que busca toda ocasión para perturbar el espíritu. Dios lo quiere en paz en medio de todas las
circunstancias.
“Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima
y curó a los enfermos”
Le
dicen los discípulos:
“Estamos en despoblado, despide a la gente”
Cuando
el sentimiento es de despedir a la gente,
porque crea un problema en nuestro interior, el que está en despoblado y frío
es el corazón humano.
· No
tiene compasión ni cura las heridas del alma del prójimo;
· No
advierte que, aun siguiendo al Maestro tampoco sana sus propias heridas.
“No hace falta que se vayan. “Dadles vosotros de comer”
El
pan físico es necesario.
Jesús
nos enseña con este milagro que, antes de hablar de las cosas divinas al
espíritu humano, hay que sanar sus heridas de hambre de pan y de
amor.
¡Cuántas
veces una presencia en silencio o una
palabra dicha con amor son suficientes para pacificar, porque saben a “pan” que sacia el espíritu!
“Jesús pronunció la bendición” y, con cinco panes y dos peces comió la multitud “hasta quedar saciada y recogieron doce cestos llenos de sobras”
El encuentro verdadero con Jesús es
experiencia de comer el mejor pan, quedar
saciados y sobrar
amor por todas partes;
amor que no perdemos porque, desde
la vida en Cristo todo queda ambientado de Presencia divina.
Nuestra
actitud, ante cualquier persona que está necesitada de “pan”, revela tal cual somos ante Dios, que no
mira sólo nuestro “culto y nuestra devoción”, sino la relación de amor que
tenemos con el prójimo.
María, Madre de Dios en Cristo y Madre nuestra, con su “Sí” al Padre, se hizo pan de consuelo y de paz, como lo es el Hijo de sus entrañas.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
(Clic para conocer la tradición)
MARÍA, MADRE DE DIOS
Y MADRE MÍA
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