viernes, 30 de agosto de 2024

NO SOMOS PEREZOSOS 

O INDIFERENTES A TODO

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer) 

1 Corintios 1, 26-31

Salmos 32

Mateo 25, 14-30

Parábola del dinero
(Lc 19.11-27)
14 “El reino de los cielos es como un hombre que, a punto de viajar a otro país, llamó a sus criados y los dejó al cargo de sus negocios. 15 A uno le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada cual conforme a su capacidad. Luego emprendió el viaje. 16 El criado que recibió las cinco mil monedas negoció con el dinero y ganó otras cinco mil. 17 Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. 18 Pero el que recibió mil, fue y escondió el dinero de su señor en un hoyo que cavó en la tierra.
19 "Al cabo de mucho tiempo regresó el señor de aquellos criados y se puso a hacer cuentas con ellos. 20 Llegó primero el que había recibido las cinco mil monedas, y entregando a su señor otras cinco mil le dijo: ‘Señor, tú me entregaste cinco mil, y aquí tienes otras cinco mil que he ganado.’ 21 El señor le dijo: ‘Muy bien, eres un criado bueno y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondré al cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo.’ 22 Después llegó el criado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: ‘Señor, tú me entregaste dos mil, y aquí tienes otras dos mil que he ganado.’ 23 El señor le dijo: ‘Muy bien, eres un criado bueno y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondré al cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo.’
24 “Por último llegó el criado que había recibido mil monedas y dijo a su amo: ‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25 Por eso tuve miedo; así que fui y escondí tu dinero en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.’ 26 El amo le contestó: ‘Tú eres un criado malo y holgazán. Puesto que sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí, 27 debías haber llevado mi dinero al banco, y yo, a mi regreso, lo habría recibido junto con los intereses.’ 28 Y dijo a los que allí estaban: ‘Quitadle a este las mil monedas y dádselas al que tiene diez mil. 29 Porque al que tiene, se le dará más y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo que tiene se le quitará. 30 Y a este criado inútil arrojadlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes.’

DÍA 31 AGOSTO  CICLO   -B

“Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados;

y los dejó encargados de sus bienes”


Dios es el extranjero; una cosa es la parábola y otra la realidad de Dios.

Es extranjero porque es el Otro desconocido; de quien nunca hubiéramos sabido si Él no hubiera pronunciado su Palabra.

La descripción que tenemos del hombre creado viviendo en el paraíso y, admirado al contemplar a alguien semejante, es suficiente para un largo peregrinar de la mente y del corazón buscando su propia razón de ser.

Me detengo a pensar en este hombre, aunque sea en el paraíso, “solo” ante todo el Universo para él escuchando las voces de las criaturas amigas, sin ver ni sentir otra voz que aclare su existencia. No halla sentido a su existir.

Es imagen del ser humano sin Dios, aunque no sea exacta su semejanza con el hombre que describo, porque el ser humano hoy vive entretenido con los semejantes y con el Universo que considera propio. A este hombre le sobra el comienzo de esta parábola; para él no hay Dios extranjero.

Los que agradecemos ser creyentes hemos de aceptar que, todo ser creado es empleado de Dios y, todos somos responsables, cada uno desde su condición, de los bienes que no somos propietarios.


“A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno”


La parábola nos dice que estamos llamados a administrar los bienes, de acuerdo con los talentos recibidos, en relación a Él por su gratuidad.

Aceptemos la enseñanza de Jesús sin olvidarnos de discernir la fe en Él y, que somos administradores, lo cual no suele estar tan claro en nuestra mente y corazón como lo pensamos.

No acostumbramos a enumerar y valorar los bienes espirituales, los considerados menos cotizados que los materiales tal como habitualmente vivimos hoy; éstos suelen estar más presentes en quienes pensamos que viven sin valorar sus propios “talentos” como leemos en la parábola. .

Meditemos la parábola también desde la responsabilidad de compartir mutuamente los talentos sabiendo que, para Dios es tan digno el que ha recibido uno como el que tiene cinco.


El que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero”


Lo hizo porque tenía miedo de Dios.


“Señor, tuve miedo y fui a esconder tu talento


Aunque holgazán según la parábola, quiero valorar el santo temor de Dios como Don del Espíritu; cuando con fe y amor a Dios, a veces, no tenemos ningún temor en esconder el dinero en la tierra para que fructifique en propio bien. Pensemos que lo somos y hemos recibido es sin mérito propio y gratuito

La parábola nos ayuda a meditar qué hacemos de los bienes materiales y espirituales que hemos recibido.

Todo es de todos y para todos.  

F. Allara


SANATORAL DEL DÍA

s. Raymondo Nonato, cardenal, sacerdote mercedario




ALEGRATE MARÍA...








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