CREYENDO DECIR “SÍ”,
EL PUEBLO ELEGIDO DIJO “NO”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Jeremías 31, 1-7
Salmo: Jeremías 31,10.11-12 |
Mateo 15,21-28La fe de una mujer extranjera (Mc 7.24-30) 21 Jesús pasó de allí a la región de Tiro y Sidón. 22 Una mujer cananea que vivía en aquella tierra, se le acercó dando voces: –¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio! 23 Jesús no contestó ni una palabra. Entonces los discípulos se acercaron a él y le rogaron: –Dile a esa mujer que se marche, porque viene dando voces detrás de nosotros. 24 Jesús les dijo: –Dios me ha enviado únicamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 25 Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él y le pidió: –¡Señor, ayúdame! 26 Él le contestó: –No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros. 27 –Sí, Señor –dijo ella–, pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces le dijo Jesús: –¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres. Desde aquel mismo momento, su hija quedó sanada" |
DÍA 7 AGOSTO CICLO - B
Tener
conocimiento de algo exige veraces referencias que den la propia
medida de objetividad.
¡Qué
peligroso es vivir de puro subjetivismo!
Conocer
a una persona no es fácil; requiere la escucha
de su palabra.
No
es suficiente su presencia, ni lo que oímos que dice ni lo que vemos que hace;
es necesaria la sinceridad de su palabra
revelando su interior.
Los
humanos somos seres libres capaces de
manifestar lo que somos, de ocultarlo y también de poder mentir.
Conocer
a una persona
exige la comunicación y atención mutua;
y tener una actitud de recíproca credibilidad.
Conocer
a Dios es más fácil que conocer a un ser humano.
No
podemos saber de Dios si negamos cualquier modo de revelación.
La
dificultad de conocerlo siempre depende de nosotros, nunca de Dios, que se nos
da gratuitamente.
Si
para conocer a una persona se requiere “la
revelación y la credibilidad mutua”, pensemos qué se nos puede exigir para poder
llegar a “tener conocimiento de Dios”.
Sabemos
que Él es la Verdad y lo que dice y hace
ES Verdad.
El
domingo Jesús respondía a los que preguntaban qué “trabajo debían hacer”:
“Dios lo que quiere es que creáis en el que os ha enviado”
No
es suficiente aceptar los hechos de amor y
de perdón de Jesús que nos narran los Evangelios.
Si
no creemos que es el Cristo, el Hijo de Dios, nos quedamos
aceptando solo al buen hombre Jesús, y rompemos la cadena para poder saber qué
es la Iglesia, la Vida Sacramental y la Vida eterna.
El
texto de hoy nos manifiesta:
· ¡Cuánto
le dolía ver a su Pueblo perdido!
· Que vino
a salvarlo para que fuera testigo y mediador ante la Humanidad.
Y, como
digo en el título, tanto defendió a Dios
que lo negó.
A
pesar de todo, Jesús se adentraba en terreno enemigo:
“Se retiró al país de Tiro y Sidón” como signo
de lo que en verdad fue su Vida
“Ten compasión de mí,
Señor”, le
dijo una mujer cananea.
“Él no le contestó nada, mientras sus discípulos le dicen
que la atienda porque molesta”,
como
en el caso del ciego de Jericó.
“¡Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”
Ella
los alcanzó. Vemos a una madre suplicando por el bien de su hija.
“No está bien echar a los perros el pan de los hijos”
No
hay dureza en las palabras de Jesús; Él sabe
el desenlace final. Es una lección que va dirigida a todos.
“Tienes razón, Señor, pero también los perros se comen
las migajas que caen de la mesa de los amos”
Nosotros
estamos acostumbrados a banquetear en la Mesa del Amor, o incluso a dejarla para mañana.
Esta
mujer se contenta con las migajas.
“Mujer, qué grande es tu fe; que se cumpla lo que deseas”
Esta es la lección del texto: la fe mueve montañas. ¡Sólo la fe!
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
ss. Sixto II, papa, y Compañeros, mártires
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