“VENID A MÍ”.
LO DICE DIOS EN CRISTO JESÚS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 26,7-9.12.16-19
Salmos 101
Mateo 11, 28-30
28 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. 29 Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. 30 Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros”
DÍA 18 JULIO CICLO -B
“Venid a mí” es la frase que oímos permanentemente desde la política, la ciencia, la ideología, las religiones y sectas.
Todos
nos prometen, tal vez, sin pensar que no todo lo que prometen lo pueden dar.
“Dar”
es “darse” y,
desde donde se nos llama, hay promesas
sin planearse “dar la vida”.
Dios
revelado en la plenitud de los tiempos, en la Persona del Hijo, es una frase que nos comunica:
· Sobre la objetividad de Dios;
· Del Dios que ha creado al ser humano capaz
de conocerle, creerle y amarle como razón de ser y sentido
de su vida, desde que nace hasta después de la muerte.
Valorando
toda fe humana y toda vida “vivida en
verdad” vemos
cómo, la realidad del Dios revelado obliga al espíritu humano a una
verdadera y consciente respuesta de fe.
De
una actitud subjetiva a una idea, a una religiosidad, a un sentimiento de
necesidad, pasa a ser una respuesta a un
Dios personal, que llama a la puerta de cada ser humano para entrar, como
decía ayer, y permanecer.
Este
Dios,
en la Persona de Cristo Jesús, Dios y
Hombre verdadero, es el que hoy y cada día nos dice:
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados”
En
primer lugar, agradecer que nos lo diga
a todos. Este ofrecimiento, que nos hace Jesús, nos da a conocer cómo
andamos “de amor”; porque no siempre se
acepta a quien ama a todos.
Los
amores raquíticos no soportan que, quien les ama, ame a todos.
Llama a ir a Él a “todos los
cansados y agobiados” que no tienen donde inclinar su cabeza, como el mismo Jesús lo experimentó durante su vida
entre nosotros.
Si
tenemos dónde reclinar la cabeza no apreciamos la invitación a descansar en Él.
Jesús
acudía de noche a su Padre, después de haberse dado a todos,
siendo la Palabra por la que todo ha
llegado a la existencia.
Cristo
Jesús es un descanso íntegro en la medida en que nos
acercamos creyendo QUIEN ES y QUIEN llama a poder descansar en Él.
¿Quién
no está cansado precisamente de las promesas
políticas, de las esperanzas científicas, de los ideales ideológicos y de la fe
de las religiones?
Jesús
no miente, promete la paz que ya ha logrado a precio de su Sangre, asegurando persecución y hasta
odio.
Sin
embargo, la experiencia de acudir a su
llamada es de verdadero descanso
de todo nuestro ser y nuestra alma.
“Aceptad mi yugo,
haceos discípulos míos, que soy manso y humilde de corazón”
El
yugo sirve para dirigir a un ser irracional, pero Jesús dirige hacia el Bien total a
seres racionales.
Jesús
nos llama a ser discípulos suyos. Esto
supera a lo que es una simple relación buscando paz, que sería egoísmo y no fe
en Él.
“El alma que anda en amor ni cansa ni se
cansa” (S. Juan de la Cruz)
Por
esto dice: “Mi carga es ligera”.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
SAN FEDERICO DE UTRECHT
VENGAN A MI...
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