jueves, 18 de julio de 2024

EL AMOR ES FUENTE DE LIBERTAD, 

NO DE ARBITRARIEDAD

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Isaías 38,1-6.21-22.7-8

Salmos 38

Mateo 12,1-8

 Los discípulos arrancan espigas en sábado
(Mc 2.23-28; Lc 6.1-5)

Por aquel tiempo, Jesús caminaba un sábado entre los sembrados. Sus discípulos sintieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer los granos. Los fariseos, al verlo, dijeron a Jesús:
–Mira, tus discípulos hacen algo que no está permitido en sábado. Él les contestó:
– ¿No habéis leído lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y comió los panes consagrados, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes. ¿O no habéis leído en la ley de Moisés que los sacerdotes en el templo no cometen pecado por trabajar los sábados? Pues os digo que aquí hay algo más importante que el templo. Vosotros no habéis entendido qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Si lo hubierais entendido, no condenaríais a quienes no han cometido falta alguna. Pues bien, el Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado"


DÍA 19 JULIO  CICLO   -B


¡Cuánto nos sirve la Palabra de Dios para aceptar su sabiduría!

No es el discurso racional que hacemos de la Palabra la que nos la da, sino la fe y la disponibilidad de nuestro espíritu en agradecer el don de un saber, que no es nuestro, por ser, “fe y disponibilidad”, las que nos abren al conocimiento de su Verdad.

Empecemos por ver que los discípulos, que iban con Jesús, tenían hambre.

No hablamos de hambre espiritual, sino que iban faltos de pan.

Aceptemos que no sólo por ser creyentes, y de alguna manera seguir a Jesús, se solucionan los problemas. María tenía que meditar lo que no entendía.


“Los discípulos empezaron a arrancar espigas y a comérselas.

“Mira, tus discípulos están haciendo una cosa no permitida en sábado”


Cuando no hay amor, los ojos no miran a las personas, ni el corazón las ama. Por esto dice Pablo que la Ley mata.

La Ley sola y su cumplimiento no justifican ante Dios. El corazón está muerto cuando es incapaz de mirar con amor al prójimo que sufre.

Los fariseos acusan de lo que no se puede hacer y, no advierten que son ellos los que se permiten decir lo que, desde el amor, no les es permitido.

¡Cuánta acusación farisaica es habitual en el mundo!.

Es peor que la de los fariseos; porque ellos tenían la referencia de la Ley, mientras el mundo de hoy destruye la objetividad de la Justicia, cuando su referencia es la del poder de las mayorías, convirtiendo los votos en medio para destruir las leyes y la Justicia, desde la Ideología reinante.


“Pues Yo os digo que aquí (ahora y siempre)

hay uno que es más que el Templo y que la Ley"


Desde cualquier modo de pensar, hasta dentro del mundo de la creencia y de la fe, se puede marginar a Dios y a la Iglesia, Cuerpo visible de Cristo.

De igual modo, como su Reino está en medio del mundo, nadie puede acallar su voz, que se hace presente cuando quiere en cada ser humano.


“Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”,

no condenaríais a los que no tienen culpa"


·       Si no conocemos y apreciamos el valor de la Ley, ¿Cómo vamos a conocer el amor que Dios en Cristo nos ha revelado con su Vida?

·   Y si no conocemos y apreciamos el Amor, ¿Cómo vamos a entender el significado de tener misericordia?

¡Qué lejos está el mundo y, lo podemos estar nosotros si no vivimos del Evangelio!

No por “practicar” salvamos el amor, que es más que la penitencia.

Vale la pena meditar el final de la frase de Jesús, porque también hoy es habitual condenar.

Si Dios perdona, ¿Cómo podemos condenar nosotros?

Lo grave de la frase es: “condenáis a quien no tiene culpa”.

¿Hasta dónde llegan nuestras palabras ante Jesús que es Señor del sábado?             

F. Allara



SANTORAL DEL DÍA

S. SÍMACO, PAPA



EL AYUNO QUE YO QUIERO...








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