EL REINO DE LOS CIELOS
SE PARECE TAMBIÉN A UNA RED
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Jeremías 18,1-8
Salmos 145
Mateo 13,47-53
Parábola de la red
DÍA 1 AGOSTO CICLO -B
Jesús utilizo un
lenguaje sencillo para comunicarse y con sencillez tenemos que escucharle.
Por
esto lo entendía la gente sencilla; como los niños que
escuchan y entienden directamente las palabras que oyen, porque su razón no va
más allá de lo que perciben y entienden.
Los que nos creemos
adultos, sabios y entendidos solemos retorcer las palabras sencillas y nos complicamos para entender “un mensaje” que se
nos transmite y explica con suma sencillez.
Es el caso de Jesús
explicándonos las parábolas.
Desde
la complicidad racional podemos pensar que, “el Reino de los
cielos”, siendo “semejante a una red” captura los peces, que viven felices en su mundo serpenteando las aguas, complicándoles la vida hasta la misma muerte al ser apresados por la red.
Se
necesita una mentalidad retorcida para
pensar que Dios hace esto con nosotros, Quien piensa así revela un desconocimiento total de la
Realidad de Dios Padre, que se nos ha dado a conocer en su Hijo Jesucristo.
Los
niños y la gente que le escuchaba entendían las palabras de Jesús.
Lo que decía lo experimentaban en su propia vida viéndose
acogidos como lo explica la parábola:
“El Reino de los cielos se parece también a la red
que echan en el mar y recoge toda clase peces”
Así
es el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, realidad del Reino de Dios entre nosotros.
No todos los bautizados, desgraciadamente, conocen la trascendencia del Bautismo ni entienden
la Iglesia como el Cuerpo visible de
Cristo Resucitado.
No son conceptos. La Iglesia es una Comunidad viva, que
es Santa por Cristo, y pobre por la condición humana de sus miembros.
Dios
en Cristo, y hoy la Iglesia, acoge
toda clase de peces y, les deja en plena libertad de acción y disposición
en sus decisiones. Por el bautismo somos
Iglesia y libres
El
Amor de Dios y su Gracia no dejan de ser lo que son.
Amor
que sabe esperar, sufrir y consentir con esperanza de ser conocido, creído y amado.
“Cuando está llena, la arrastran a la orilla”
Mientras dura el
tiempo, el Amor nos concede vivir en
libertad.
Podemos decidir
hacer el bien o, consciente e inconscientemente, errar e incluso poder hacer el mal. Y, mientras tanto, Dios sigue amándonos y esperándonos como
buen Padre del hijo pródigo para abrazarnos y no para castigarnos.
Cuando la red esté llena, al final de los
tiempos, se arrastrará hacia la otra orilla, que sólo es real si lo es
Dios.
No tanto para saber
de buenos y malos, sino para que el mismo Dios del Amor, que
es Justo, haga Justicia. Para que cada
uno reconozca:
· El bien que ha hecho con sus dones o,
· La miseria física y espiritual que ha
creado, dejándose llevar del orgullo y del egoísmo, con los
dones usados como propietario e ignorando que “es administrador”.
Dijo Jesús: “¿Entendéis bien esto?. Ellos contestaron: “Sí”.
F. Allara
SANTORA DEL DÍA
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