EL BUEN FRUTO SIEMPRE
ES DE CRISTO Y POR CRISTO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Gálatas 2, 19-20 |
Juan 15,1-8
Alegoría de la vid verdadera 1 “Yo soy la vida verdadera y mi Padre es el viñador. 2 Si uno de mis sarmientos no da fruto, lo corta; pero si da fruto, lo poda y lo limpia para que dé más. 3 Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado. 4 Seguid unidos a mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí. 5 “Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer. 6 El que no permanece unido a mí será echado fuera, y se secará como los sarmientos que se recogen y se queman en el fuego. 7 “Si permanecéis unidos a mí, y si sois fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os dará. 8 Mi Padre recibe honor cuando vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos" |
DÍA 23 JULIO CICLO - B
El
Evangelio es Cristo y,
cada palabra la hemos de leer o escuchar hoy, como la escuchaban de su propia voz
sus contemporáneos, porque Cristo vive.
Jesús
hablaba sencillamente, porque la gente
que acudía a Él entendía más con el corazón que con la razón.
Aun
así, el Evangelio es tan profundo que, lo siguen entendiendo quienes lo abren y lo leen con un corazón que
ama.
Ayer
los letrados no le entendían, porque la
vida del espíritu trasciende la
“materialidad” de los conocimientos.
(Como ocurrió en tiempo de Santa Teresa de Jesús; “los letrados” no la supieron
ayudar, y sí lo hizo San Pedro de Alcántara).
“Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador”
Realmente,
¿quién puede acercarse a un hombre que expone el Misterio trinitario y a Dios
omnipotente, diciendo que su Padre Dios
es labrador?
El
Misterio divino lo han entendido los seres
humanos que aprenden desde la
necesidad de su vida y de su corazón; da igual que se
llamen Agustín de Hipona, Gregorio Magno, Ambrosio de Milán y Jerónimo de
Estridón, como Pascual Bailón, o María-Bernarda Soubirous, Bernardette.
Los
que nos han dicho algo de la Verdad de
Dios,
ya sean los más sabios o los más pobres y humildes, todos dan testimonio de haberlo recibido gratuitamente del Amor divino.
S.
Pablo,
después del encuentro con Cristo, no considera otra riqueza más que este conocimiento, “teniendo por basura lo que antes para
él era elocuente y saber de Dios”
“Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no
permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”
Todos
permanecemos unidos a una vid. No existe un sarmiento con vida separado de
la vid.
Vivir solo como sarmiento no es ser
indiferente a toda vid, sino ser inconsciente de sí mismo, porque el
sarmiento no se da la vida, y se seca
cuando no está unido a la vid.
Jesús ha
venido para decirnos que no es una
energía visible, ni una idea encarnada, sino que, hablándonos de la vid y los
sarmientos nos revela de dónde procede la vida.
Nos
habla de un Dios personal que ha hecho que “los sarmientos tengan vida.”
Desde
la fe
sabemos que la vida no está unida
directamente a la Vida de Dios, sino que ha sido creada a su imagen y semejanza.
La
comunión que vivimos en Dios es una gratuidad añadida desde la venida del Hijo.
Por
esto nos dice:
“El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante”
¡Qué
diferentes son los frutos del Espíritu en el espíritu humano, a los frutos de
un sarmiento seco!
“Si permanecéis en mi…, pedid lo que deseáis
y se realizará”
Tener
fe es creer la palabra de Jesús.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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